A Vuelapluma
Ignacio Flores
Ya mismo lo estreno
Veintidós, veintidós, veintidós, veintidós era el grito de guerra del Dúo Sacapuntas. Mantra que hoy repiten a coro críticos deportivos, dirigentes como el presidente del Comité Olímpico Español (COE) y hasta la ministra del ramo, que haciendo honor a su nombre (Pilar Alegría) insiste en que vamos a superar el record de Barcelona’92. ¡Ojo!, que en aquel mítico año, de esas veintidós medallas trece fueron de oro, que es lo que te coloca en los puestos primeros de la clasificación de los países. La impresión que nos dan tales declaraciones es que este optimismo es consecuencia de la euforia provocada por los últimos triunfos en fútbol femenino, en los grandes torneos de tenis de Alcaraz, la enésima Champions del Madrid y en la Eurocopa futbolera masculina. Solo nos falta algún título en Fórmula 1 y algún Tour para volver a poder decir aquello de “Soy español, ¿a qué quieres que te gane?”. Eso sí, en la Eurocopa nos hemos cepillado a Croacia, Italia, Alemania, Francia e Inglaterra, ¡casi ná!
Se supone que para dar esa cifra tan exacta, en la que coinciden casi todos, habrán hecho sesudos estudios, deporte por deporte, criatura por criatura española y criatura por criatura de todos los demás países contendientes. Lo más seguro es que hayan utilizado la Inteligencia Artificial (IA) para efectuar cálculos, comparaciones, análisis y prospectivas. Que ya se usa para todo. No sabemos si también se ha utilizado para optimizar el VAR, que dos días antes de la inauguración oficial de los JJOO dio un bochornoso espectáculo: tardaron casi dos horas en analizar si era válido el gol de Argentina que le valía para desempatar con Marruecos.
Al final lo anularon por la “punta de una bota”. Se ve que el delantero argentino gasta dos tallas más de calzado que el defensa marroquí. El cabreo de los argentinos es monumental. Por su parte, los aficionados marroquíes invadieron el terreno de juego. Esto se está repitiendo mucho últimamente, como hemos visto en la reciente Eurocopa organizada por la eficiente y prusiana Alemania.
El precedente de la final de la Champions celebrada en París en mayo de 2022, que fue un fracaso mayúsculo de organización y seguridad, nos hace temer que lo del miércoles de Marruecos-Argentina se repita.
A ver si aprovechamos estos “follaeros” (que no creemos que la IA sepa calcularlos) y le ganamos la medalla de oro de baloncesto a USA, por incomparecencia. ¡A por las veinticinco! Aprovechen la rima para desahogarse.
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