¿El final o el bulo?

08 de enero 2025 - 03:08

Se acabaron los nervios y ver las caras de felicidad por los Reyes de Oriente. Al menos la de ellos, los más pequeños, que hacen que nos olvidemos de la realidad por unos días y sentir esa sensación que dan tanto sentido a estas fechas. Por desgracia toca volver a la rutina con un año,2025, algo movidito. Hablo en lo político. La verdad que al presidente le espera un año judicial de infarto. De meterse en una cueva y no salir a ver la luz. Su esposa, su hermano (aunque creo que eso quedará en el tintero), Ábalos o García Ortiz . Estos dos últimos serán la sentencia mortal de la carrera política de Sánchez. Del caso Ábalos, Koldo o Aldama la cosa se va poner negra. Según cuentan portavoces o incluso periodistas del mundo de tribunales e investigación, esto no ha hecho nada más que empezar. ¿Qué podría salir de los discos duros requisados por los investigadores? ¿Qué habrá y qué podría implicar al presidente? Estas son las principales preguntas que nos hacemos todos los que nos dedicamos al periodismo. Todo esto suena a corruptela de los años 70. La diferencia es que en esos años al menos se tomaban decisiones y se dimitía. Hoy, eso es impensable. Muchos hablan de que todo esto hará que el presidente lo deje y convoque elecciones en primavera. Suena muy bien y esperanzador, pero parece que esos que lo dicen en tertulias de televisión no conocen al personaje en sí. El jefe del Ejecutivo está en un momento ‘bonzo’, es decir, luchará hasta el final como cualquier rey de la Edad Media para no destronarle. Este caso del exministro de Transportes ,como les decía, suena casposo. Realmente no me preocupa porque es uno más que puede acabar o no con el presidente, pero lo alarmante es lo del Fiscal General del Estado. Es preocupante todo lo que sabemos sobre lo que supuestamente hizo con el móvil y lo que me incendia es que estamos hablando de que una institución , que supuestamente es libre, esté al servicio del jefe. Pero que esté al servicio a nivel dictatorial y que lleve, incluso, a implicarse de ese modo para jugar a la guerra política. Todo da vértigo. Es normal que los partidos políticos, por desgracia, tengan algo raro y feo, pero nuestro país siempre ha sido el ejemplo de transparencia en la Justicia u otras instituciones. Sánchez ha conseguido que algunos desconfíen de todo por aquí y nadie se corte. Principalmente por la maldita polarización política que estamos viviendo. Ahora cada uno va a lo suyo de una forma descarada. En definitiva, puede ser el final porque no pueda ya defender lo indefendible o puede ser un guion apabullante de mentiras apoyadas en el eslogan del bulo haciéndonos sentir a todos como tontos y él el más listo. Creo que la última será la del camino de estos 365 días .

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