Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Mañana, es su día. El de todos los niños, niñas y adolescentes. En 1959 Naciones Unidas aprobó de la Declaración de los Derechos del Niño. La fecha en la que se celebra actualmente el Día Mundial del Niño es el 20 de noviembre ya que la Convención sobre los Derechos del Niño fue firmada en esta fecha. Pero también lo fue ayer. Y mañana. Y pasado.
En esa fecha se logró acordar el texto final cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países que la firmaron. Hoy hablamos de derechos de la infancia con una perspectiva mucho más amplia que hace tantos años. Y es hoy, desde que se creara UNICEF tras la Segunda Guerra Mundial, el acceso a Internet se ha convertido en una herramienta que impulsa los derechos de la infancia y la adolescencia, y que ha revolucionado sus vidas, especialmente la de los niños y niñas más vulnerables. Para las nuevas generaciones, ser parte de un entorno digital es lo natural, pero también hay que trabajar para mitigar los riesgos y maximizar las oportunidades que ofrecen las Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación (TRIC), porque no todos los niños y niñas del mundo disfrutan de las mismas oportunidades de una manera equitativa. No hay que orillear a nadie, hay que focalizarlo en la infancia y adolescencia más vulnerables sin que ninguno se sienta desprotegido.
Hoy por hoy, todas las acciones tienen un reflejo en el mundo digital. Datos fidedignos nos revelan la poca edad con la que tienen su propio móvil. Un dato que refuerza la idea de que su uso está generalizado desde edades muy tempranas. Un día sin móvil es en la actualidad una jornada vacía para muchas y muchos adolescentes. ¿Que nos puede responder un joven de 16 años si le planteamos pasar un fin de semana sin conectividad? WhatsApp, Youtube, Instagram o Tik Tok. Casi el 100% de las y los adolescentes está registrado en alguna red social y el 62% tiene más de un perfil en una misma red social: no estar en las redes es algo muy excepcional entre los adolescentes. Según datos solicitados, uno de cada tres estudiantes de ESO hace un uso problemático de Internet y uno de cada cinco adolescentes de entre 11 y 18 años podría ya tener cierto nivel de enganche a los videojuegos. Es necesario crear un entorno protector en el ámbito digital que prevenga los riesgos derivados de contenido, el contacto y las conductas del mismo.
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