La Rambla
Julio Gonzálvez
Un tsunami de consumo
Reflejos
Pedro Segura es un fotógrafo argentino, de gran sensibilidad estética, cuyo trabajo trasciende la mera instantánea oportuna, extraña, o evadida hacia comprensiones abstractas, ni realiza sus capturas para reflejar sólo la belleza del instante. Este creador plástico ha comprendido el sentido de la imagen, la metafísica que sustenta su capacidad de imprimir el momento luminoso, siendo sensible en la percepción del halo extraordinario que se entrecruza con la realidad cotidiana, lo siente, y une a la trama que cada uno de sus proyectos contiene.
Pedro Segura me ha dado a conocer su trabajo “El Despertar”. En él se conjugan, y enriquecen, todas las ideas antes expuestas. Más aún, constituye una fuente inagotable de sugerencias varias.
Veo las piezas obtenidas con su cámara, y se suceden multitud de ideas, sensaciones, curiosidades y relatos. Su obra constituye una secuencia de asombros, éxtasis ante las bellas panorámicas que la Naturaleza sorprende, nostalgias, vitalidad, afectos… todo se estructura en la misma instantánea, tomando fuerza según el estado del relato. Une la historia visual contada, rica en expresiones sentidas en su contemplación, con una lógica narrativa, sacudida con picos de emociones, destellos de romanticismo, sin abandonar la mirada real hacia el entorno, aquel oculto tras la ceguera de la percepción cotidiana, rutinaria, que nos aísla en una burbuja intelectual. Nos muestra Pedro Segura una realidad auténtica, libre, casi salvaje, palpitante, con la cual entra en comunión, para unirse con sus latidos, vibrar acompasadamente con el medio natural. Es cuando se abre la mente, se liberan los sentidos, se comprende la transcendencia de vivir, de la amistad y afectos, celebrando la suerte de la existencia humana.
Pedro Segura transforma la fotografía en expresión artística, sin descuidar su función narrativa, que unida a la pasión por la fotografía, convierte su actividad en disfrute lúdico. Demuestra ser un artista integral.
Hay veces que una experiencia visual abre la comprensión de la realidad verdadera, descubriendo el sentido de ser, existir, estar en el lugar donde uno se encuentra, las relaciones familiares, de amistad y con el entorno que se tiene. Ayuda a reflexionar sobre las verdades de la vida, viendo como absurdas muchas de las aspiraciones que mueven nuestra rutina. Se revela la razón vital de ser y existir, comprendiendo que la felicidad está en los afectos cotidianos, en mejorar nuestras relaciones, en disfrutar de todo ello.
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