Feijóo, congreso y ugt

Estasemana he sido duro y también laudatorio con Feijóo. El líder del partido que defiende el mérito, el valor, el empleo, la decencia, el estado unido, le ley y la Constitución no puede ir a que lo humillen y a abrazarse al nido de quienes defienden lo contrario: el sindicalismo corrupto, el parasitismo y abuso hacia las empresas, las concesiones a terroristas, independentistas y golpistas y todo lo que detestamos quienes encarnamos al votante liberal o conservador.

Es el Feijóo que no entiendo. Al día siguiente, comparecía en el Congreso para dejarse de conciliaciones con el enemigo, concesiones a la galería, intentos de pescar en charcas ajenas, de tratar de convencer a quien sólo desea su mal.

Quiero pensar que el Feijóo del miércoles en el Congreso es el auténtico, el que aspiramos a que reúna las fuerzas y apoyos para despertarnos de esta pesadilla social-comunista que está esquilmando económica y moralmente el país.

Fue el que recordó a Pedro I El Falso que él sólo se mueve por su interés y no por el de la ciudadanía, que en la DANA eligió ser oposición al gobierno valenciano y no gobierno de España, que prefirió no hacer nada mientras morían las víctimas con la excusa de que el gobierno autonómico no se lo pidió y que fue el autor de la lapidaria frase “si necesitan recursos, que los pidan”, junto a otras igual de ‘dignas’ de sus directos colaboradores, como que “los ministros no estamos para retirar fango”.

Feijóo ha de ilusionar a su electorado y movilizar a los que están hartos de políticos inútiles o sinvergüenzas; enardecer a los que ansiamos un liderazgo poderoso en el centroderecha, retomar la batalla cultural que la izquierda vuelve a ganar por incomparecencia del rival, vencer al ejército de ‘bulócratas’ que confunden, manipulan y timan al respetable; ser un líder riguroso, con ideas claras, que no blandee en tablas ni tenga complejos al decir lo que sus votantes quieren escuchar y plante cara a los discursos de lo políticamente correcto con los que la izquierda gana otra vez la partida.

El Feijóo del miércoles en el Congreso me ilusiona. El del lunes en UGT me empuja a no volver a votarlo. Y no son ‘Feijóos’ compatibles, porque no se puede pretender ganar la batalla disparando flores y balas al mismo tiempo. Feijóo tiene que elegir y somos muchos, seguro que la inmensa mayoría, quienes queremos que elija lo único que le ha funcionado alguna vez al PP: ¿o no nos acordamos ya de aquello de “váyase, señor Gonzalez”?