Esquizofrénico en potencia

03 de abril 2025 - 03:09

Es como si estuviera frente a dos mundos paralelos, ajenos entre sí. Los ojos, mi experiencia inmediata me dicen una cosa. Las noticias, mi mente me dicen cosas muy distintas. Tal vez esto me lleve a la esquizofrenia. O quizá a pensar que LA realidad no existe. Que “lo que hay” es un cúmulo de cosas, una amalgama informe entre la que nos movemos desorientados. Los ojos me dan una imagen del entorno en el que vivo. Cómo ha cambiado en los últimos quince meses. Del color pardo al color verde. De la uniformidad cromática a una riqueza de colores que me recuerdan aquel eslogan de un pueblo valenciano, Alginet, al que denominaban “vergel florit”. En cualquier rincón nace hierba. En casi todos los macizos de hierba salen flores. Colores. Hace muchos años que no disfrutábamos de este panorama. Todo esto me invita a la alegría, al optimismo sea cual sea la cosecha que se pueda recoger a finales del verano. Pero cuando me levanto y empiezo a contactar con los medios de comunicación tengo que bajar la persiana del optimismo. ¿Hay alguna noticia buena entre todo lo que nos cuentan? ¿Es posible espigar algo positivo? Diviso ese panorama y me entran ganas de apagar la radio, de apagar la televisión, de cortar internet. Me apesadumbra. Hace pocos días, un informe sobre la despoblación en Almería. Escribí algo sobre el tema hace algún tiempo. Y yo en una de las zonas con mayor realidad de despoblación, aunque nada comparable a la de los años 60. Es síntoma de tener una tierra pobre y con pocas perspectivas. Y luego me cuentan los espectáculos de nuestros parlamentos que me hacen alegrarme de no haber tenido nunca la tentación de meterme en esos sitios. Y las palabras (qué pena de tanto flatus vocis) de los dirigentes políticos. Y luego, ya a nivel mucho más lejano, eso que cuentan de las relaciones internacionales, de esos enfrentamientos que entre unos y otros están ocasionando tanto dolor y tanta muerte: los miles de muertos de Gaza, y los no pocos de Ucrania, y los que no sabemos de países centroafricanos, y los abusos en las relaciones comerciales y …. bueno ¿para qué seguir? Y mis cerros verdes, los romeros que azulean y las albaidas y las aliagas reventando de amarillo, y los matagallos púrpura y los almendros con frutos y los olivos henchidos de verde ¿qué tienen que ver con todo eso? ¿A qué realidad miraré? Lo que dije: si miro a los dos lados me volveré esquizofrénico. Y no quiero.

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