Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Cuando estoy fuera tengo por costumbre no desconectar y lo primero que hago, cada mañana, es ponerme al tanto de lo que pasa en Almería leyendo las páginas de este diario. Una de esas mañanas me llamó la atención un artículo de opinión que, sin mayores argumentos que justificasen su aseveración, calificaba a los votantes socialistas de borregos. El artículo era largo, pero el contenido se limitaba a calificar a Pedro Sánchez como el origen de todos los males, algo habitual en el discurso de la derecha, y a sus votantes como borregos. Quiere ello decir que, entre los millones de ciudadanos que votaron al PSOE, no hubo quienes lo hicieran a favor del partido que aprobó una ley de reforma laboral que les aportó beneficios, con el voto en contra del PP. Tampoco tuvieron en cuenta los jubilados, a la hora de votar, el incremento de las pensiones, ni los obreros que depositaron la papeleta del PSOE lo hicieron por haber sido beneficiados con la subida del salario mínimo. Si trabajadores y jubilados votaron al PSOE, fue porque son borregos de un rebaño subyugado a Pedro Sánchez. Tampoco hay quienes prefieren votar a un partido que considera que existe la violencia de género y toma medidas para proteger a las víctimas. Ni hay votantes del PSOE que lo apoyasen por estar a favor de una ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una ley de la que, dicho sea de paso, no tardaron en beneficiarse algunos votantes del partido que se opuso a su aprobación con manifestaciones callejeras. Para el autor del citado artículo, todos los socialistas son auténticos borregos que ni piensan ni valoran las consecuencias a la hora de votar. Con todos mis respetos me parece un análisis político de una simpleza inaudita que lógicamente no comparto. España no es un país de borregos, y la libertad de la que gozamos nos permite conocer los comportamientos que nos motivan para elegir al gobierno que mejor nos parezca. Hay pluralidad de partidos y destacados líderes cuya posición política están a la luz del día. En la Comunidad de Madrid gobierna con mayoría absoluta Isabel Díaz Ayuso, cuya política es por todos conocida, y no se me ocurriría calificar a sus votantes de borregos. Quienes la apoyan será porque vieron con buenos ojos la libertad de las “cervecitas” en plena pandemia y no les importa que, por aquellas fechas, enviase una orden por escrito a las residencias de mayores cuyas lamentables consecuencias todos conocemos.
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