
Crítica literaria
Francisco Bautista Toledo
La puerta de mi casa
En una sociedad tan tensionada como la occidental del siglo XXI, con tantas personas sumidas en conflictos graves o con patologías mentales diversas, se hace más imprescindible cada día que pasa, un servicio que realiza una labor clave que no siempre se pone en valor lo suficiente. El Teléfono de la Esperanza está siempre ahí, (tlf. 950 269 999 y correo electrónico almeria@telefonodelaesperanza.org), para abrir una puerta hacia el futuro a quienes lo necesitan. Abrir ese espacio simbólico y social para reconocer su necesidad de escucha. En estos tiempos en los que se extiende la soledad como una gran pandemia que puede empujar a la desesperanza, hace falta alguien que escuche. Que ayude a poner las cosas en su sitio, que facilite un plan B a los que sienten que las cosas se complican asfixiando las opciones. Sus datos prueban la necesidad de esa labor y también la eficacia con la que actúan, las 24 horas del día, los 365 días del año. “Cuidar de quienes cuidan es una responsabilidad colectiva. Escuchar es también una forma de proteger”.
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