Se nos escapa París

París, París. Se nos aleja la ciudad del amor, pone mayor distancia entre nosotros y su torre, su Sena y sus hermosos museos, se olvida de este trozo del Mediterráneo, se nos va buscando las nieves de la vecina Granada, cambia la falda de nuestra Alcazaba por la de la Alhambra. Y lo entiendo. Podemos llorar, como aquel rey que dicen sollozaba como un crío cuando tuvo que abandonar su hermosa Alhambra, pero ese alejamiento a que nos obliga a los almerienses la ciudad del amor, es algo que nos debíamos esperar. Nos creemos el ombligo del mundo, y en algunas cuestiones podemos serlo, se pelean los políticos por nuestro futuro, se gastan dinero de los ciudadanos en atraer inversiones, en vender las posibilidades de esta provincia por aire, mar y tierra, pero a la hora de la verdad, lo que ofrecieron no cumple las expectativas levantadas. Y la realidad se impone. No hay viajeros que llenen el sueño de esos vuelos a París, Paris, y la cía voladora tiene que buscar otras latitudes. La bella Granada.

Hace unas semanas se les decía a los almerienses, que desde el aeropuerto de Almería podrá viajar directamente a París, la ciudad del amor. Y nos dijimos, somos la repera, estamos que nos salimos. Solo ha pasado, eso, unas semanas, cuando se nos dice que Almería podrá viajar a París desde el aeropuerto de Granada. Leyendo la noticia, si no conoces la anterior, parece que es un éxito, no sabemos de quién, el que los almerienses puedan viajar a la ciudad del amor desde la vecina Granada. El problemas es que no solo Almería pierde el vuelo con la capital de Francia, perdemos alguno más con otros aeropuertos nacionales, y los políticos callan. Son empresas privadas, nos dirán, y poco o nada tienen ellos que decir, pero si buscan en las hemerotecas, encontrarán las alabanzas de algunos de nuestros políticos apuntándose las medallas del anuncio de tal o cual vuelo que a partir de tal día va a unir Almería con alguna otra ciudad europea o nacional. Aquel día fue de alegría, de aplauso y de festiva alharaca. Cuando llega la realidad, cuando la empresa voladora se da cuenta de la verdad que representa nuestra provincia en el mundo de los viajes y del turismo, llegan los adioses de las operadoras, y la tristeza nos invade, pero solo unas horas, total, si usted, almeriense, quiere viajar a París, solo tiene que ir al aeropuerto de Granada. Y tendrá la oportunidad de darse una vuelta por el hermoso Albaicín, o bailar una zambra en el Sacromonte. Se da usted cuenta, el que no se consuela es porque no quiere.

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