Una enfermera mejor que media

Leo en este diario que el Servicio Andaluz de Salud ha ofrecido para esta provincia un total de... ¡una plaza de Enfermería!, con lo cual los que aquí han aprobado el concurso oposición han de hacer la mudanza a otra provincia andaluza. Esto no puede ser la enésima tomadura de pelo que sufrimos, con lo mucho que nos quiere el presidente Moreno, que cada vez que viene por aquí nos llena de elogios y resalta la importancia de Almería; será que aquí la gente está muy sana y con las enfermeras y enfermeros que ya hay, muchos con contratos y contratillos, tenemos de sobra. En cambio, en Sevilla se ve que están muy pachuchos, y por eso el SAS les ha concedido 1.226 plazas. ¿Serán suficientes? ¿O tendrá que desplazarse hasta allí en comisión de servicio durante la Semana Santa o la Feria de Abril quien ocupe la plaza almeriense? Si el agraciado o agraciada ha pensado que ya con un puesto estable podrá conciliar aquí su vida familiar y laboral, puede pecar de optimista. Claro que una plaza es mejor que media y mucho mejor que cuarto y mitad. El SAS podía haber ofrecido un puesto de una semana en Almería, la siguiente en Granada y así cada mes. Pero ha decidido tirar la casa por la ventana y, ¡hala!, una plaza enterita para nosotros. O igual es que vamos a ser la provincia piloto para la automatización del sector, como ese supermercado que abre y cierra cajas cada cinco minutos (“señores clientes, abrimos la caja 2… cerramos la caja 3… abrimos la 1…”), no sé si para marear a las cajeras antes de sustituirlas, al igual que otras superficies, por puestos automáticos en los que el cliente ha de hacerlo todo. Hasta ahora podía ocurrir que fueran a sacarte sangre, por ejemplo, y cuando ya tuvieras el brazo dispuesto, la enfermera se largara: “Lo siento, son las 8 y sólo me han contratado para el turno de esta noche”. El otro día, un reportaje de El País se refería a la ‘uberización’ de la Enfermería: mediante unas apps los profesionales en paro reciben una notificación de que en tal hospital o centro de salud les contratan por horas o incluso por días. “Aguante así con el brazo, que enseguida viene una sustituta, deje de apretar el puño de momento”.

Con la automatización, tú pondrás el brazo y una aguja sabrá en décimas de segundo dónde pinchar. “¡No, no, ahí no, que nunca me encuentran la vena!”. “¡Cállese! ¿O es que va a saber usted más que la máquina, que va por Inteligencia Artificial?”.