Emperadores y calcetines

De cuándo en cuándo reviso a Marco Aurelio ,el filósofo estoico. Su libro de Meditaciones resulta toda una inspiración para sobrellevar la frustración que la vida nos ofrece en metralleta a diario. Es un libro curioso porque él lo escribió más en clave de diario personal que de fuente de conocimiento. Pero, seamos sinceros, la mayoría de nosotros no somos grandes emperadores y tampoco aspiramos a eso, la verdad. Por eso, creo que a la propia obra de Marco Aurelio a veces le vendría bien un barniz aún más mundano.

Y así, sin que un humilde servidor pretendiera enmendarle la plana al sabio, empecé a darle vueltas a la ambición, por ejemplo. Está bien tener grandes sueños pero para no quemarse demasiado igual tendríamos que dar más valor a los éxitos corrientes. A mi, sin ir más lejos, me parece un triunfo encontrarme en el súper y, al elegir la cola rápida, efectivamente resulta siendo la más ligera. No me digan que, por unos instantes, no se sienten seres superiores. Pero no crean, hay mucho nicho de mercado (como le llaman ahora), en esto de buscar el triunfo en la chorrada de turno. Estoy seguro que Marco Aurelio hallaría la paz estoica en encontrar aparcamiento en la puerta o, incluso, en hallar pronto la pareja de ese calcetín que se pierde en cada lavadora. Pero, ¡ay amigos! ¿Qué nos diría en su libro el gran filósofo cuando en la cola nos toca la señora que reclama una oferta desconocida? ¿Cómo alentar nuestro desánimo cuando aparcamos lejos y, encima, nos sacan un euro? Y cómo serenar nuestra mente al comprobar que la lavadora alberga un agujero negro intergaláctico? Pues supongo que nos animaría a aceptar nuestro inevitable destino y buscarle el lado positivo. La señora conoce un sistema de cupones del que tú jamás habías oído hablar. ¡Aprende de ella! Un aparcamiento alejado resulta una oportunidad de oro para hacer ejercicio. ¿Qué supone un euro frente a la posibilidad de obtener beneficios cardiosaludables? Y respecto al calcetín y la lavadora… Ese es el más jodido, si me lo permiten. Pero creo que recomendaría sentarnos frente a ella y meditar largamente sobre los misterios de la vida y la posibilidad de universos paralelos. En fin, que ya ven como uno puede convertirse rápido en un estoico “low cost”. Solo hace falta buen espíritu, un pelín de perspectiva y aceptar que, tanto mortales como emperadores, a veces ganamos y otras perdemos (los calcetines).