
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Fundido ibérico
Paseo Abajo
Poco se ha escrito sobre el congreso del Psoe almeriense. El discurso de Antonio Hernando, en la actualidad el hombre fuerte del socialismo almeriense, en Vícar, hablaba de emoción, indignación y orgullo. La emoción se entiende cuando se está sobre una tribuna y tienes entregadas a tus palabras a un grupo de personas que te tratan como el gran gurú del partido, el número uno, el que puede salvarte y lograr elevarte hasta las más altas instancias del partido, lo que va a suponer que seas senador o diputado en unos meses, lo más en un par de años.
La indignación, según sus palabras, van contra la presidenta de Madrid, poco o nada tiene que ver con Almería la señora Ayuso, pero como el pulpo. Según el señor Hernando, indignación ante la ignorancia de la presidenta del Pp de Madrid. No sé a que ignorancia se refería, pero si es a la envidia política que le produce, lo entiendo, y creo que Antonio le estaba intentando echar una mano a su amigo Óscar López, al que Pedro Sánchez ha echado a las leonas al enfrentarlo a Isabel Díaz Ayuso. En política hay que apoyar a los jefes y a los amigos. El ministro Óscar López se lo agradecerá, estoy seguro.
El orgullo que sentía es por lo que el gobierno de España y de Andalucía ha hecho en esta tierra. ¿Y por lo que no ha hecho? No vamos a quitarle méritos a lo realizado en la provincia a lo largo de los últimos cuarenta y tantos años, de los que más de veinticinco ha estado gobernando su partido en Madrid, y casi todos en Sevilla y sus alrededores. Negar lo evidente es una tontería. Los proyectos se hacen y se acaban desde los gobiernos, poco se puede hacer desde la oposición. Pero sentirse orgulloso por tener los caballos de hierro que tenemos, gracias en gran parte a su partido, y en menos, pero también al Pp, no es como para sentirse muy allá. Se conforma usted con poco, señor Hernando. Se siente orgulloso con poca cosa.
Es usted el presidente del socialismo roquetero. Tierra de turismo y agricultura. Ni tenemos trenes veloces que traigan turistas, y los que tenemos o se rompen, o llegan al día siguiente ofertado. Pregunte a Tejada, lo debe conocer. Tampoco esta tierra tiene el agua necesaria para que rieguen nuestros campos e invernaderos. Pero usted se siente orgulloso de lo que han hecho por ella. ¿Quiere ello decir que se siente orgulloso de lo que hizo Zapatero con el Plan Hidrológico Nacional? Recuerde que Manuel Chaves.
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