Dolor por españa

02 de enero 2025 - 03:07

Terminó 2024 y el año nuevo 2025 se abre paso. Ilusión, esperanza y buenos propósitos acompañan siempre estos días de Navidad. Valores que viven y se transmiten en Nochebuena, el día de Navidad, en la víspera y el día de los Reyes Magos. En español la palabra ilusión ha desarrollado un significado ligado a esperanza. Tengo muy viva la ilusión de ver a España, a nuestra sociedad, libre de cainismo y del veneno de la envidia que tanto se esmeran en destilar los parasitarios de “las dos Españas”. Termina un año y comienza otro sintiendo el mismo dolor por España. Superarlo con bien es el oro, el incienso y la mirra que tanto necesitamos. Santiago Posteguillo lo expresó con toda nitidez en el Senado “Antonio Machado decía, españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Yo no sé si no habría que modificar eso, porque a veces la sensación que hay es que las dos Españas nos están helando el corazón”. En general vivimos una crisis de civilización que tiene que ver directamente con la corrupción en el uso del poder y el ejercicio de la política. En España esta crisis tiene su particular folclore. Se caracteriza por el hecho fehaciente de que no hemos sido capaces de aprender y asumir en libertad nuestra historia. Tampoco somos capaces de respetar el mérito, el trabajo y el afán de conocimiento. Por eso han prosperado el irracional poder de la grey política, la corrupción y el uso ideológico de los hechos históricos para usurparnos el ejercicio de la política. Imponer el régimen del enfrentamiento. Recordemos las palabras de Antonio Escohotado “Parece mentira que no me haya dado cuenta yo antes, incluso que todavía siga poniéndose esto en duda, que un país no es rico porque tenga diamantes o petróleo. Un país es rico porque tiene educación. Educación significa que aunque puedas robar, no robas. Educación significa que tu vas pasando por la calle, la acera es estrecha y tu te bajas, y dices disculpe. Educación es que aunque vas a pagar la factura de una tienda o de un restaurante, dices gracias cuando te la traen. Das propina y cuando te devuelven lo último que te devuelvan, vuelves a decir gracias. Cuando un pueblo tiene eso, cuando un pueblo tiene educación, un pueblo es rico. Ósea, en definitiva, la riqueza es conocimiento y sobre todo un conocimiento que le permite el respeto ilimitado por los demás”.

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