Antonio Lao
El silencio de los pueblos
Hoy, festividad litúrgica de la Virgen del Rosario, quiero dedicar estas líneas a la Guardia Civil, que el próximo sábado, día 12 de octubre, es la fiesta nacional y de la Hispanidad, y celebrará la fiesta de su patrona, la Virgen del Pilar, deseando a todo el Cuerpo de la Guardia Civil y sus familias, una feliz fiesta, dirigiendo nuestras miradas a Ella e invocándole con unción una oración a la Virgen del Pilar, excelsa Madre de Dios y Madre nuestra, para que siga protegiendo con su amor maternal al benemérito Cuerpo que es la Guardia Civil.
La Guardia Civil ha sido y es siempre reconocida por los ciudadanos como algo muy entrañado, enraizado, imbricado en todo el tejido social y cívico de la sociedad española. Por ello, no nos cansamos de seguir pidiéndole a Dios que María, la Virgen del Pilar, os siga protegiendo en vuestro trabajo de servicio al bien común de nuestra sociedad y de nuestro pueblo español. Un trabajo que no siempre es bien comprendido ni suficientemente valorado pero un trabajo que es siempre necesario para la libertad, la seguridad y la convivencia en nuestra sociedad. A Dios también rogamos por todos vuestros compañeros y familiares fallecidos en acto de servicio así como por todas sus familias.
Damos gracias de corazón a la Guardia Civil por lo mucho y bueno que hacen desde su particular aportación en beneficio de la paz, de la unidad y de la justicia, a favor de la seguridad y como salvaguarda de los momentos de riesgo en carreteras, en montañas y en el mar. No hay situación en donde nuestra vida pueda correr un cierto peligro mientras deambulamos, donde la Guardia Civil no esté como compañía amiga a nuestro lado. Son muchos los guardias que de forma callada y abnegada trabajan al servicio de la comunidad, pagando en ocasiones un alto precio con la propia vida.
En este día en que la Guardia Civil celebra la fiesta de su Patrona y España su fiesta nacional, pedimos a la Virgen del Pilar que proteja a los miembros de la Guardia Civil, a sus familias y a las autoridades de nuestra Patria. Le pedimos también la prosperidad temporal, el progreso espiritual de nuestro pueblo y que no pierda nunca sus raíces cristianas. En unidad fraternal, le pedimos también que mantenga y acreciente en cada uno esos valores más nobles del cuerpo, cuya divisa es el honor, esas virtudes militares que conocéis bien, para mantener siempre el espíritu de servicio y sacrificio. Que Santa María del Pilar nos acompañe con su amor maternal y nos proteja siempre.
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