Distintas varas de medir

Cuado acusaron al Presidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps de haber aceptado el regalo de un traje de su sastre, todos los españoles vimos con buenos ojos que interviniese la justicia, para aclarar la legalidad del hecho o penalizarlo si llegaba el caso. Lo de Rita Barberá fue una caza descarada que la llevó a la tumba. Después se demostró la inocencia de lo que se le acusaba, pero Rita ya estaba disfrutando del sueño de los justos. Ni una palabra de arrepentimiento de sus acusadores. Sentí pena y rabia y también vergüenza ajena. Con Rodrigo Rato se cebaron. Aún recuerdo aquellas imágenes humillantes empujándole en la cabeza y espalda para meterlo en un coche, como si se tratase de un vulgar delincuente.

Esta semana hemos visto a Bolaños, Ministro de Justicia, defendiendo a su amo y acusando a los jueces de llevar a cabo una “persecución despiadada de la jauría ultraderechista”. ¡Cómo han cambiado las cosas!

Bueno pues la mujer del César, de quien se esperaba no solamente que fuese honrada, sino que lo pareciese, no está a la altura de las circunstancias ni en la forma ni en el fondo. Negándose a declarar, que está en su derecho, ella misma se está condenando. La estrategia de su abogado defensor no ha funcionado. Cuando el entonces Ministro de Información y Turismo Manuel Fraga popularizó en la década de los 60 el eslogan “Spain is different” nadie pensó en Pedro Sánchez ni en su recatada esposa, tímida ella, que a la sombra de Moncloa ha instalado un mercadillo a beneficio de amigos, deudos y familiares.

El briefing lo empezó a utilizar el Ejército del Aire, cuando en España este anglicismo era aún bastante desconocido. Se trataba de una reunión corta de los pilotos con sus jefes antes de realizar una misión, para aclarar y concretar al máximo cualquier duda que surgiese para que su desarrollo fuese perfecto. Este briefing rápidamente se extendió a las empresas y últimamente lo monopoliza Moncloa. Cada mañana el Presidente como buen pastor, reúne a sus ovejas y les da la palabra clave para la jornada: “unid siempre a la palabra derecha la ultraderecha”. “Hoy toca la máquina de hacer fango”- Presidente esa lección ya la dimos ayer - No importa hay que repetirlo hasta la saciedad; hasta que nos lo creamos incluso nosotros - Sí bwana - Y se lanzan al mundo los ministros Bolaños, Oscar Puente y Patxi, encabezando la comitiva, cada uno con su disfraz, aunque algunos no lo necesitan, porque ya cuentan con el suyo propio.

Todos los que hemos rebasado la barrera de los 80, hemos conocido la vara como unidad de medida, equivalente a unos 83 centímetros; en la práctica era una regla de madera sin más referencias que unas rayas en forma de aspa. A veces en una tienda había más de una vara de medir de longitudes distintas, utilizándose una u otra según fuese para comprar o para vender género. Pues bien, yo ingenuo como siempre, pensé que esta práctica ya estaba desterrada y veo con asombro cómo se siguen utilizando, incluso más que nunca, dos varas de medir. Pero algo ha cambiado porque la vara ya no se utiliza para medir el lienzo, el terciopelo, la seda o el paño inglés. Ahora la vara se utiliza para medir conductas: Vara PS modelo 2024. Eso sí antes de utilizar la vara es conveniente hacerse con el control del poder judicial, la fiscalía, el poder constitucional con mayoría en el Congreso, no a través de las urnas como ocurre en otros países, sino comprando votos con el dinero de todos los españoles, vendiendo España a retazos, sacando de las cárceles a maltratadores, asesinos y separatistas. Un país donde las ayudas de la Unión Europea se gastan en comilonas, drogas y prostitutas, y que el bueno de Sánchez saca de las cárceles a los responsables y además y esto es lo más grave, nos hace creer que estos actos delictivos nunca ocurrieron. La pregunta inmediata es ¿Pero los 680 millones de euros que desaparecieron, dónde están?

Cuando el honor, la dignidad, la honradez y el sentido de la responsabilidad desaparecen de una persona, caso de que lo haya tenido alguna vez y está al frente de un país como España, vamos derechos al despeñadero, a la caída en picado…pero ojo con robar una gallina, porque si usted lo hace, no tenga la menor duda de que pasará el resto de su vida en chirona. La ley es la ley.