Opinión
Las uvas de Isabel y Pedro
Desde mi experiencia
Me escribe Silvia, una antigua alumna. La recuerdo perfectamente. Hizo sus estudios y trabajaba a la vez. En el correo de hoy se lamentaba de lo que le está ocurriendo. Sufre discriminación por haber superado los 50. Hace dos años decidió dedicarse a atender a sus 4 hijos. Ahora intenta incorporarse de nuevo al mercado laboral, pero en las entrevistas de trabajo le manifiestan que no es posible por su edad.
Esta discriminación laboral por la edad que sufre Silvia se denomina edadismo y afecta principalmente a las personas mayores de 50 años. El edadismo alude a la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. Este fenómeno ha desvinculado especialmente del mercado laboral a los profesionales senior que, a pesar de su experiencia y madurez, no encuentran opciones reales de retorno al mercado laboral. Eso explica que en España haya hoy alrededor de 895.100 desempleados mayores de 50 años (fuente: Informe EPA, cuarto trimestre 2022), y que una gran mayoría de ellos lo sean de larga duración.
Esta situación se refleja en los procesos de reducción de plantilla y de prejubilación mediante la cual se jubila a personas con edades inferiores a la normal de jubilación. Esto se justifica principalmente por motivos económicos. Las empresas reducen sus costes cuando sustituyen a esos profesionales senior por personas más jóvenes. Pero esta discriminación favorece que las personas afectadas se sientan despreciadas, poco valoradas y con frecuencia sufren trastornos psicológicos y depresivos.
Una sociedad que se plantee en serio su futuro necesita toda la energía disponible en el país: tanto de los jóvenes como de los no tan jóvenes. En este último caso, profesionales que aportan acción desde la reflexión; valentía desde el sentido común; nuevas habilidades desde el conocimiento experto; frescura enriquecida con la experiencia; optimismo desde el realismo; creatividad desde la responsabilidad. Personas que han dedicado su vida a crear, entender, gestionar, enriquecer y transformar nuestras empresas y nuestra sociedad. Personas indispensables, profesionales senior.
Para erradicar el edadismo se tienen que producir cambios tanto en los sistemas que lo perpetúan como en los medios de comunicación, instituciones, gobierno, etc. A la vez, es necesario dar cobertura a las propias personas mayores y a sus familias.
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