Más dinero para la basura y la limpieza

Estamos a la espera de ver la cifra exacta de los pliegos del contrato de recogida de la basura y limpieza viaria

La alcaldesa de Almería es consciente de que uno de los grandes “talones de Aquiles” de la ciudad es la suciedad en las calles y la regular recogida de la basura en demasiados puntos de la capital. Partamos de la base de que el problema no es de los actuales mandatarios. Al contrario, es una situación que se arrastra desde siempre y que se ha visto agravado en los últimos años, con seguridad fruto de la desidia de algunos, la incapacidad de otros y unas empresas concesionarias demasiado indolentes. Si a ello se suma la escasa dureza de las sanciones que se imponen, nos encontramos con un cóctel de amargo sabor, peor textura y de un color marrón oscuro tirando a negro. Hace una semana hemos conocido el avance de los futuros pliegos tanto para la recogida de los rediduos sólidos urbanos como para la limpieza viaria. Desde el Ayuntamiento se plantean, no es algo definitivo, sólo un borrador, incrementar de forma notable la inversión, 403,6 millones en nueve y once años respectivamente, en la búsqueda de que la varita mágica del dinero sea capaz de doblegar una imagen nada positiva tanto para los que aquí vivimos, como para cuantos nos visitan a lo largo del año.

El incremento de más del 51% en el gasto puedo entender que hasta sea equilibrado. Luego habrá que ver cómo se traduce eso en aumento del recibo para los vecinos, sin que sea más gravoso de lo razonable. Una fina y delgada línea que a poco que la traspases te vas a encontrar con el rechazo unánime de los pagadores, que no son otros que los vecinos. Es esta la primera parte de la ecuación a resolver, pero sólo la primera. La segunda transcurre por recoger de forma clara y diáfana en el pliego los derechos, deberes y obligaciones de la empresa concesionaria, el número de trabajdores que van a desarrollar sus labores, la maquinaria con la que van a contar y, lo que se nos antoja básico, las sanciones en caso de no lograr los objetivos planteados y reflejados blanco sobre negro en el contrato. Somos conscientes de que la cuadratura del círculo no es posible, pero si debemos acercarnos todo lo que podamos a que las partes se sientan satisfechas y, en especial, los vecinos de la ciudad que cada mañana salen a la calle y se encuentran con situaciones no deseables y más propias de una ciudad africana que de una europea. No es fácil la papeleta que tiene el equipo de gobierno por delante y mucho menos la alcaldesa. De los resultados de ambos pliegos va a depender, y mucho, el estado de ánimo en las próximas elecciones, el mantenimiento de los apoyos actuales o la pérdida progresiva de ellos si la oposición, hoy desmembrada y partida en varios trozos, es capaz de calar con un mensaje creíble. Y en esas estamos. A la espera de ver la cifra exacta del dinero, la oferta de la empresa que se quede con el servicio y la capacidad de dar la vuelta al calcetín de la ciudad, pasando de imágenes para olvidar a reeditar viejos premios y el reconocimiento de quienes vigilan el trabajo. Todo un reto.

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