
A Vuelapluma
Ignacio Flores
Un buen kit de supervivencia
En 1944 Hans Asperger, dio nombre al síndrome, cuyas consecuencias son muy importantes en el desarrollo emocional, social y conductual de la persona que lo padece, y lo inscribió dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Fue en el año 2013 cuando dejó de existir como categoría diagnosticada, de modo hoy día se considera una forma de autismo de nivel 1. Hay tantos autismos como personas con autismo. Hablar con una voz peculiar demasiado adulta para su corta edad, se acercan a otras personas con excesiva familiaridad, como si los conociera de toda la vida. Este hecho concreto de acercamiento no suele ser bien recibido. Muchas ocasiones suelen ser muy solitarios por su “torpeza” para hacer amigos, pero no les importa. Además, les molesta mucho el barullo de gente. No entienden las bromas que les gastan porque todo se lo toman en sentido literal. Estas personas con autismo de alto funcionamiento suelen tener un coeficiente intelectual medio o alto. Desde pequeños suelen aprender a hablar y leer a una edad normal, o incluso precoz. De hecho, a veces su lenguaje resulta pedante. Son personas que se fijan mucho en los detalles y se pueden fijar en cuál fue el último día que llevaste determinada corbata, y detalles así. Son metódicos, les gustan las normas y cumplirlas, les gusta planear todo con anticipación y seguir los planes.
Fue en el bachillerato cuando Arturo (nombre ficticio) escuchó por primera vez la palabra Asperger dentro de su entorno. “En el instituto me hacían “bullying”. Me daba miedo salir al recreo. Me insultaban e intentaban pegarme”. Él siempre había sido un joven “diferente”, de hecho cuenta él, antes de saber su padecimiento, había pasado por muchas consultas de psicólogos y psiquiatras que lo evaluaban como cualquier otra persona y, eso sí, encontraban patrones fuera de lo común. Le costaba relacionarse, encontrar nueva pandilla de amigos y moverse con facilidad en contextos sociales. Está convencido –nuestro protagonista- que en un futuro no muy lejano las cosas cambiarán y dejarán de descartarte por no saber comunicar como lo hacen otras personas.
Los esfuerzos de las asociaciones provinciales no solo buscan ayudar a los chicos y chicas a adaptarse mejor a su entorno sino también a que el entorno y la sociedad en general sepa, a su vez, adaptarse un poco más a ellos. Entre todos hagamos un entorno amigable para todos.
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