Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
La fecha del 22 de noviembre de 1975 no puede quedar en el olvido, ya que es el día D de nuestro actual Estado de Derecho. Ese día, S.A.R el Príncipe D. Juan Carlos de Borbón, vistiendo el uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra, fue proclamado Rey de España por las Cortes con el nombre de Juan Carlos I. La ceremonia tuvo lugar en el hemiciclo del Palacio de las Cortes. “En nombre de las Cortes Españolas del Consejo del Reino, manifestamos a la Nación española que queda proclamado Rey de España Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que reinará con el nombre de Juan Carlos I”. Este pasado viernes 22 de noviembre se han cumplido los 49 años desde la pronunciación de esta declaración solemne por parte del Presidente del Consejo de Regencia Alejandro Rodríguez de Valcárcel, que dio paso a un reinado que ha durado 39 años (hasta 2014).
En ese acto, Juan Carlos I pronunció su primer discurso como Rey de España en el que expresó su voluntad de ser el Rey de todos los españoles. En un párrafo de su discurso destacó: “La Patria es una empresa colectiva que a todos compete; su fortaleza y grandeza deben apoyarse por ello en la voluntad manifiesta de cuantos la integramos. Pero las naciones más grandes, y prósperas, donde el orden, la libertad y la justicia han resplandecido mejor, son aquellas que más profundamente han sabido respetar su propia historia”.
Dos días antes, el 20 de noviembre de 1975, había fallecido el General Francisco Franco, dando fin con ello la dictadura y paso al período de la Transición que tres años más tarde daría como fruto la Constitución de 1978, con la restauración en nuestra Nación de la Monarquía parlamentaria.
El 27 de noviembre se celebró en la histórica Iglesia madrileña de San Jerónimo el Real una Santa Misa votiva del Espíritu Santo para la Coronación como Rey de España de S.M. Juan Carlos I, siendo el oficiante principal el Cardenal Vicente Enrique y Tarancón, presidente de la Conferencia episcopal española.
En la restauración de la Monarquía, la sucesión en la corona a título de Rey debió seguir la línea sucesoria que recaía en su padre, D. Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona, heredero de los derechos dinásticos de S.M. el Rey Alfonso XIII. Sin embargo, al aceptar el Príncipe D. Juan Carlos la designación como sucesor de su abuelo, generó un conflicto interno en la Casa Real de Borbón. Para restablecer la normalidad en la sucesión, el 14 de mayo de 1977, Juan de Borbón abdicó de sus derechos dinásticos históricos y a la jefatura de la Casa Real en la persona de su hijo Juan Carlos. Con esta abdicación, tras la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España dos años antes y con la renuncia de Juan de Borbón a sus derechos, S.A.R. Felipe se convirtió en Heredero de la Corona y asumió el título de Príncipe de Asturias el 1 de noviembre de 1977.
Durante el reinado de S.M. el Rey Juan Carlos I, ha tenido lugar la etapa más larga de paz, convivencia y desarrollo económico de nuestra Nación, que hoy prosigue en la figura de su hijo el Rey Felipe VI. Juan Carlos I impulsó la proyección española hacia Hispanoamérica y el mundo árabe, convirtiéndose en el primer monarca español en visitar el continente americano, siendo el promotor en 1976 de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Su posición con respecto a la cuestión palestina le decidió a impulsar la celebración de la Cumbre para la Paz en Oriente Medio de Madrid en 1991 y a ser el primer monarca europeo en visitar Israel en 1993, donde se pronunció a favor de la autodeterminación del pueblo palestino. Todo ello, en cumplimiento de las misiones que se le encomienda por el artículo 56 de la Constitución: “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes”.
En definitiva, el día D (22N del 75) constituye el primer hito en la configuración de nuestro Estado de Derecho, habiendo sido el Rey Juan Carlos I el “motor” y “escudo protector” del proceso que nos llevó de la dictadura hacia la democracia. El próximo año se cumplirá el cincuentenario de esa fecha, y es de suponer que, a pesar de la “progresía”, se celebrará como corresponde a una fecha tan destacada en nuestra historia.
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