
La Rambla
Julio Gonzálvez
Pareces más joven
Reflejos
En un estudio realizado entre los profesores de educación primaria y secundaria, se concluye que un amplio número de docentes están insatisfechos con el clima de convivencia, y rendimiento escolar, presente en las aulas, y su carga de trabajo administrativo.
La formación del profesorado está sujeta a dos factores que influyen en su desempeño educativo. Uno es la formación didáctica previa, que reciben para acceder a la docencia. La segunda, consiste en la idea primera, y perspectivas iniciales, sobre su futura actividad en el aula. Esta idea es la que le da ilusión, y empuja, a formarse para desempeñar la función docente.
Pero resulta que, en sus primeros meses de clase, el profesorado se encuentra sólo y sin recursos en el aula. Esto es debido a que carecen de una preparación adecuada, para atender la dinámica real que se desarrolla diariamente en las clases. También ocurre que se produce una confrontación entre dos planos de actuación profesional, pues inicia su trabajo pensando la educación como la observada en su época de alumno, influenciada por su maestro o profesor, como también por lo vivido a través del cine o televisión, y descubre que la realidad es otra, pues ésta presenta su cara verdadera, con sus destellos agridulces.
La formación pedagógica recibida por los profesores de primaria es superior a los correspondientes de secundaria. Y en ambos predominan elementos teóricos, alejados muchas veces de la realidad de los Centros educativos. La formación docente debería abordar casos reales sobre planificación de actividades, psicología social, organización y gestión de las sesiones didácticas, tutoría, y sobre todo, que se comprenda de forma clara cuál es la misión última de todo proceso educativo. La educación ha dejado de ser un sistema de selección de los mejores, no está para clasificar a las personas por su nivel formativo.
Los escolares, según este estudio, están poco motivados, carecen de atención en el aula, faltan el respeto al profesorado.
Lo primero en el proceso educativo consiste en conocer al alumnado, cuáles son sus aspiraciones, qué le gusta, cómo aprende. A partir de ese momento se podrá diseñar las actividades escolares, buscando aquellas que llamen la atención y susciten su interés. Hay que conocer las dificultades que encuentran en el estudio, e intentar acompañar al alumnado en su proceso educativo, buscando conseguir el desarrollo pleno de sus potencialidades. Se conseguirá que la motivación, y su interés, sea mayor y la conflictividad se reduzca. Es necesario que en los docentes se conjugue el ideal con la realidad.
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