Francisco Bautista Toledo

Descansar es bueno

Reflejos

21 de agosto 2024 - 03:07

Para que la atención esté despejada es bueno que se cambie de rutinas y pensamientos, la variedad ayuda, supone un descanso, se consigue apartar la idea del escollo intelectual donde la persona está enfrascada, aportando nuevas perspectivas y caminos por los que proseguir. El cambio debe ir hacia campos de expansión lúdica, que como un aire fresco inunde las estancias de las reflexiones, las ilumine con la cálida luz del exterior y le insufle vitalidad, alegría, ganas de continuar con brío la empresa iniciada. El subconsciente trabaja sin descanso, sirviéndole las nuevas señales de estímulo, y destellos novedosos, que le sugerirán otras conexiones, las cuales le ayudarán a concebir la solución en el hito del camino reflexivo emprendido. La voluntad, el cambio y el descanso son necesarios. Vencen el cansancio y la pereza.

El cambiar la rutina en el trabajo evita el tedio, el acto repetitivo mecánico, donde le mente pierde lucidez, se embota o evade en otros pensamientos, originando que surja el error, o acaso la barrera impenetrable que evita alcanzar la solución deseada. Es necesario parar, despejarse, descansar, tomar fuerzas, e incluso pensar en otras cosas, retomando el mismo camino, reflexionar sobre lo hecho, detectar errores, y mejor aún intentar distintos senderos, que por probar no pasa nada, los cuales pudieran facilitar el acceso a la meta deseada.

Para ello es necesario despejarse, como también cambiar de actividades dentro de las horas de trabajo, no convertir las sesiones en largas horas de monotonía. Hay que realizar labores variadas, buscando siempre lo más oportuno y lógico, no hacer las cosas porque sí.

En ocasiones es necesario variar de ambiente, viajar, ver paisajes diferentes, conocer otras personas, tras lo cual, al volver al lugar de siempre, se verá todo distinto, enriquecido, ya que nos daremos cuenta de detalles antes no percibidos, retomando los quehaceres diarios con ilusión, alegría y deseo de volver a la rutina acogedora de los días. El cambio es bueno para el pensamiento, pues hace el retorno agradable, proporciona nuevas perspectivas de futuro.

Las vacaciones, o reposo oportuno, proporcionan un espacio vital diferente, donde las personas escapan del entorno diario, encuentran nuevos estímulos, limpian su pensamiento de malas experiencias, que el tiempo, y distancia, sitúan en su verdadera importancia.

Por eso cuando se trabaja en algo hay que parar si el tedio nos inunda, pensar en otra actividad, descansar o cambiar de ambiente. Todo ello servirá para lograr alcanzar los objetivos marcados.

stats