¿De quién depende la Fiscalía?

Cuandoel septiembre del año 2020, el desdeñoso Pedro I El Falso, aún casi aterrizando en la presidencia del Gobierno, aún estrenado ese aire que le permitía decir lo que le daba la gana sin atenerse a las consecuencias, consecuencias que por ahora no han terminado de llegar, pronunciaba durante una entrevista en Radio Nacional de España una de sus frases más lapidarias y al mismo tiempo más desvergonzadas, aquello de “¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso”, seguramente anduvo flojo de intuición a la hora de prever las implicaciones que ello iba a tener.

Echó mano de la frasecita de marras para exhibir prepotencia y superioridad, para achicar a un periodista que había asomado la patita del cumplimiento de su obligación profesional y que enseguida la escondió, no fuera que se la cortaran, habida cuenta del medio en el que trabajaba.

El chulo, el gañán ensoberbecido, le propinó el zasca dialéctico para dejar claro quién mandaba en esa entrevista. A lo dicho, a Pedro I El Falso le faltó añadir “¿Y de quién depende tu puesto de trabajo, muchacho?”, lo cual no habría extrañado a nadie.

Cuatro años después, con un Fiscal General del Estado diferente, tan politizado como el anterior, tan dependiente como el anterior de quien depende, está imputado por un presunto delito, algo tan grave en un letrado de la carrera oficial como ‘revelación de secretos’.Y ahora somos otros, yo al menos, quienes nos preguntamos “¿De quién depende la Fiscalia?” Porque si la Fiscalía depende del mismo de quien dependía en 2020, entonces alguna responsabilidad tendrá que tener éste, si a ‘Alvarone’ García Ortiz se le acaba condenando, alguna responsabilidad tendrá que asumir el Gobierno si resulta que nombró a un tipo que es capaz de saltarse la ley en esos términos.

La responsabilidad que van a asumir es la misma que han asumido ante el hecho de que tanto la esposa como el hermano del presidente del Gobierno estén imputados también por presuntos delitos, primera vez en la historia de este país que suceden ambas cosas, o ante el hecho de que el ex secretario de organización y ex ministro, Ábalos, lo vaya a estar próximamente; o de que el empresario de confianza de la esposa del presidente, Víctor de Aldama, y su socio anden ahora pasando las noches y los días en una celda penitenciaria. Es, exactamente, la misma responsabilidad que este Gobierno y el propio Fiscal General han asumido ante el hecho de que éste haya sido formalmente imputado por ‘revelación de secretos’. ¿Qué cuál ha sido esa responsabilidad? Pues eso…