Luis Ibáñez Luque

¿Quién debe participar en la reforma?

En nuestro país existen referentes educativos que conviene tener en cuenta, al menos desde los años 70, como es el caso de la pedagogía Freinet (con colectivos como el MCEP), la red de Comunidades de Aprendizaje, los ejemplos de escuelas autogestionadas, las escuelas libres, los movimientos de renovación pedagógica (MRPs) y un largo etcétera. Si echamos la vista aún más atrás, encontraremos referentes como Ferrer i Guardia, que cuando uno los lee parece que se escribieron anteayer, a pesar de tener más de cien años.

Hay también multitud de buenas prácticas más recientes, tanto individuales como colectivas, en todos los niveles y etapas educativas, centradas en el uso de las TIC, la igualdad de género, la participación de la comunidad, las asambleas, el trabajo por proyectos, la convivencia, el aprendizaje-servicio y mil propuestas más.

Si queremos centrarnos en el funcionamiento de las escuelas y del profesorado, hay montones de buenos ejemplos de claustros basados en el liderazgo compartido y dialógico, que funcionan por criterios pedagógicos por encima de intereses de poder, etc.

Además, existe una enorme literatura pedagógica a nivel mundial y tenemos personas que conocen bien su contenido: tesis doctorales, investigaciones de alto nivel académico, grupos de investigación universitarios, instituciones dedicadas a la formación del profesorado…

Sin embargo, nuestro Ministerio de Educación empieza a hacer una reforma del estatuto docente y… ¿quienes son los únicos invitados, en exclusiva? Los sindicatos. Que efectivamente, tienen que estar, pero solo para velar por los derechos de los trabajadores (en este caso, los docentes). Cabe plantearse, entonces, ¿para qué se hace una reforma del estatuto docente? ¿solo para mejorar las condiciones del profesorado, o para mejorar las de todo el sistema? ¿pensando en las familias, en los votantes, en el profesorado, o en el alumnado? ¿pensando en la mejor educación posible para nuestros jóvenes y para la mejora de la sociedad, o solo para el profesorado?. Cuantas más personas, asociaciones, grupos e instituciones participen en una reforma, mejor será lo que finalmente se lleve a la norma.

Un último apunte: a los anti-todo, los del baúl de los recuerdos y la queja constante, destructiva y estéril, a esos mejor no los invitamos. Les regalamos un paquete de pañuelos para que remojen su nostalgia. Demasiada condena tienen.

stats