El curso y el transcurso

28 de junio 2024 - 03:10

Cierto es que el curso escolar da referencia a otros diversos cursos con los que suelen dividirse en años las actividades, no es este caso docentes o educativas, que ocupan el transcurso de los días. Por eso las vacaciones escolares, recién comenzadas, adelantan el descanso veraniego de las ocupaciones profesionales o laborales, si es que se cuenta con ellas o no se aprovecha el verano, precisamente, para encontrar alguna dedicación que aprovisione el sustento. Puestos en el curso escolar, su final hace pensar sobre las funciones de la escuela. Sobre todo, si se consideran los ajetreos que muchos padres experimentan para dejar en buena custodia a sus vástagos menores.

El primitivo origen de la institución escolar, aunque tan solo fuese primigenia, tiene que ver con el incrementado acervo de saberes que ya no podían transmitirse entre generaciones. Así era porque no solo tenían que ver con los conocimientos o habilidades primarias para sobrevivir, trasmitidos en los quehaceres cotidianos de las primeras sociedades. Y, como consecuencia, se precisaba una cualificación específica para el ejercicio de la enseñanza, aunque solían descuidarse las facultades convenientes para ello. La configuración posterior de los sistemas educativos y la progresiva extensión de la educación obligatoria llevan a que los escolares permanezcan buen número de horas de cada jornada en los centros educativos, tanto en las clases propias de la docencia como en el tiempo de las cada vez más numerosas actividades extraescolares y complementarias, y con la disponibilidad de recursos como el comedor escolar. De manera que la vuelta a casa de muchos hijos, a diario, coincide con el regreso de sus padres del trabajo. Circunstancia que no debe justificar la atribución, a la escuela, del carácter de guardería y, por ello, el desconcierto familiar cuando el curso acaba. Se formulan, así, las necesidades de conciliar la vida familiar y laboral, o se multiplica la cuidadosa asistencia de los abuelos, o se llenan colonias y campamentos de escolares en vacaciones. Pero la escuela no es una guardería, aunque se cuenten los días que falten en septiembre para que comience. Sabio fue Alfonso X y por eso estableció que el estudio “es ayuntamiento de maestros y de escolares que es hecho en algún lugar con voluntad y con entendimiento de aprender los saberes”.

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