
A Vuelapluma
Ignacio Flores
¿Por qué 101 lobos?
Almería acoge fechas como la 45 Feria del Libro que van y vienen desde aquella primera del invierno de 1975, ediciones que se han alterado, años de sequía y cambios de lugar ante nuestros ojos. Las Feria del Libro de Almería tienen su propio relato ...también su cruz. Aunque pasan años y pasan décadas y los gobiernos municipales no mutan en esta ciudad, tampoco parece mutar la cultura, imaginada según cada alcalde cada cuatro años, rehén de su ideología y no como la imagina la ciudad, que es tanto como mirar hacia adelante para reconocer la pluralidad y ahínco profesional de las personas que, de modo, constante vienen trabajando en el mundo de la gestión cultural desde la trastienda del poder. Y mirando para atrás, ¿por qué no?, hacia aquellos que apostaron hace cincuenta años por sacudir la pereza cultural de aquellos almerienses y trazar una forma de vivir la cultura como fueron el Ateneo, la Tertulia Indaliana, las Aulas de Cultura de la Villaespesa y Caja de Ahorros, iniciativas que aún no han sido superadas. El esfuerzo detrás de esta Feria es encomiable, sí, pero no puedo evitar preguntarme: ¿para qué sirve ese privilegio de metros cuadrados de Ferias si el proyecto global de cultura en Almería es una grieta abierta entre la realidad social y la perplejidad institucional? ¿Para qué una Feria del Libro, desgajada del contexto sociocultural de la ciudad, que sobrevive gracias a la magia y el esfuerzo de libreros, editores, escritores, gestores y técnicos que, numantinamente, mantienen encendida esa llama si desde arriba no se es capaz de trazar un proyecto estratégico que cartografíe Almería como capital cultural reconocible, en vez de ahondar en ese pantanal de cansinas beaterías culturales con las que se nos prodiga últimamente? La ciudad para volar, en mi opinión, necesita aplicar los recursos necesarios, que los tiene, pero sobre todo necesita convicción, imaginación y visión para lograrlo, que no lo demuestra, junto a la capacidad para mirar hacia el futuro con iniciativas, como se ha hecho con el MUREC de la Diputación Provincial, sumando una estrategia de conjunto que no dependan del favor político o las ocurrencias del concejal de turno si no con quienes crean que la cultura hace crecer la ciudad y sus barrios y hace crecer su economía atrayendo nuevos capitales. Pero no sabría explicar por qué no vuela esta ciudad culturalmente.. Un amigo me deslizó algunas claves del por qué, pero me advirtió: “Si criticas te excluirán. Saben de qué lado cojeas”. Y aún así, imbécil de mí, decidí escribir estas líneas, creyendo, ingenuamente, que todos estábamos del lado de la cultura
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