Cultura de charanga y pandereta

Una obra de ingeniería puede enriquecer culturalmente una ciudad, o puede resultar un adefesio. Digo ésto por no rescatar la célebre respuesta sobre ¿a quién ponemos en cultura? que daban en los cónclaves de los partidos para decidir el reparto de cargos tras las elecciones. En general era la misma en casi todos y por educación no la voy a escribir aquí. Si algún lector quiere saberla, mi correo electrónico está a su disposición, mientras google lo mantenga en funcionamiento.

En general, para “gerenciar” la cultura no hace falta ser ni Simon ni Garfunkel, ni Sabina ni Serrat, ni Verdi ni Vagner, ni Menese ni Moreno Galván, ni Federico ni Miguel Hernández. Ni siquiera saber pintar o tener buen oído musical. Digo lo anterior porque Almería se merece otra cultura. Ni distinta, ni diferente. Ni más cara, ni más barata. Sencillamente Cultura, con mayúscula. ¡Cuántos lugares quisieran tener nuestro clima y nuestros entornos, para difundir cultura! Menos mal que de un tiempo a esta parte, creo que el Ayuntamiento está pensando en utilizar la plaza de toros para esas actividades. ¿Cómo? ¿que no es así? ¿que estoy equivocado?