Opinión
Súplicas a los indepes
La situación que tiene el PSOE con sus socios es de prórroga de partido de fútbol. Ha comenzado ya el desgaste y el Ejecutivo no lleva ni dos meses compuesto. El presidente del Gobierno sigue con su zozobra y ya ha dicho que no piensa dejar el cargo ni muerto. El problema lo tiene con un Puigdemont que desde Waterloo está manejando la agenda política del Gobierno e incluso las noticias. Sus vaivenes, conforme a la amnistía, tienen a Santos Cerdán loco ante Turull.
La cuerda está muy tensa y ya los socialistas no saben cómo contentar la relación. La última ha sido la nueva portavoz de los socialistas, Esther Peña, que ha afirmado que la democracia española “es más completa” si se incorporan a la vida política el expresidente de la Generalitat y su colega Junqueras. Desde luego, que a quien le digas que hace dos años Ferraz iba a decir esto, se mea de la risa. Junts es el primer set, pero vendrá EH Bildu con Otegi espléndido y más dándole razón el Tribunal Constitucional. El objetivo de la izquierda abertzale serán los presos. Mientras tanto, sus paisanos del PNV ya están avisando de que como siga la cosa así esta legislatura será muy corta. Y esto es el principio, pero queda por llegar ERC, celoso por el matrimonio con Puigdemont, o incluso Podemos dando un poquito de guerra tras el destrono.
El nervio es imparable y eso se nota cuando abren la boca algunos ministros como Teresa Ribera o Maria Jesús Montero. La primera, la ministra de Transición ecológica, poniendo en duda las palabras del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, y diciendo que no hay que hacerle mucho caso porque ya sabemos de que lado ideológico cojea. La segunda, la de Hacienda, metiéndose con la alopecia del portavoz del PP en el Congreso Miguel Tellado. En fin, luego nos gusta fardar en Europa, pero señores del gobierno, esto es muy barriobajero. Que son ustedes niños de bien. Claro ,a todo esto ya los populares han aprovechado la metedura de pata para regodearse y una vez más utilizar el término ‘sanchismo’, que por cierto, queda ya un poco pesado. Ahora todo son salidas a la calle para manifestarse, pero llegan tarde. Tarde debido a la confianza del señor Feijóo que se pensaba que iba a ganar las elecciones.
Si llevan razón los de Ortuzar, ¿en verano de nuevo elecciones?
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