Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
Libre Mente
Nuestra historia de hoy la protagoniza Robert Johnson, un músico nacido en 1911 en el delta del Mississippi, cuna del blues. Robert, como toda su generación, creció en las décadas posteriores a la abolición de la esclavitud y su cultura bebía directamente de la herencia africana caracterizada por el vudú, los mitos y las melodías pentatónicas.
Cuentan que hasta los veinte, el bueno de Johnson, era un guitarrista del montón. Pero tras la muerte de su primera esposa, con 17 años, decidió llenar su petate, coger su guitarra y desaparecer. Y aquí comienza a borrarse la historia para forjarse la leyenda. Una noche, un joven Robert, desesperado, triste e insatisfecho con su habilidad a las cuerdas se vio a si mismo frente a un cruce de caminos sito en Clarksdale, Mississippi. Una silueta oscura aguardaba en silencio en la propia intersección. El mismísimo diablo le esperaba con una oferta que un tipo como Johnson no podría rechazar. Esa noche, a cambio de su alma, R. Johnson se convirtió en el mejor guitarrista de blues de todos los tiempos.
El mito de la encrucijada tiene orígenes profundos y variados en muchas culturas de todo el mundo. En África occidental el cruce de caminos es visto como un lugar de poder y transformación. Otras tradiciones afrocaribeñas consideran la presencia de un guardián de los cruces, que actúa como mensajero entre lo humano y lo divino. Pero, ¡cuidado! Eshu es conocido por su facilidad para embaucar a quienes se aproximan a él. En la mitología griega las intersecciones también eran importantes. Hécate, la diosa de la magia, la brujería era invocada en estos lugares. Los romanos también tenían su propia deidad asociada a los cruces de caminos. Ellos la llamaban Trivia y, al igual que los griegos, estaba relacionada con la magia y los caminos. Las intersecciones, para ellos, eran vistas como lugares de toma de decisiones y cambios, sitios en los que se podía pedir consejo o protección a las deidades.
Como ven, el cruce de caminos, simboliza siempre un punto de decisión clave en la vida de las personas, representando la necesidad de elegir y asumir las consecuencias de dichas elecciones. Un momento crucial, ¿ven el significado escondido?
Robert “Little” Johnson enfrentó su encrucijada apostando por una vida breve pero plena, haciendo lo que amaba. Y ustedes: ¿saben ya qué decidirán cuando el diablo les tiente en el próximo cruce de caminos?
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