Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
En medio de la decadencia del gobierno. Descalabro que nos cuesta un ojo de la cara en impuestos, autodestrucción y desprestigio internacional. Los muros y cambios de opinión de este desgobierno se resquebrajan desde el interior de sus mazmorras ideológicas. Necesitan maniobras de distracción y reorganización. Contener las abrumadoras evidencias de su inquina contra España y los españoles. Mal estimulo es la arrogancia para los que se creen dueños del poder y la política. Ajenos a los límites éticos y jurídicos. Libertad, progreso y justicia son inseparables y consecuentes con el autocontrol y la duda razonable. Este ejecutivo insiste en faltar a sus obligaciones constitucionales. Tratar de robarle su ciudadanía y recursos a la sociedad española lo demuestra. Justo en el momento en el que no cesa la información sobre las soluciones de gestión de la coalición probresista aparece la Crónica Errejoniana. El caballero de “las tres comidas diarias” no tiene problema. Si es consecuente con sus arengas, más pronto que tarde acudirá al Registro Civil para cambiar de sexo. Asunto terminado sin sufrimiento alguno para su género totalitario. Si es sí que no han podido sumar más para hacer daño, no solo a España, también a los países hermanos de Hispanoamérica. Dice el sabio refranero español “Cada uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”. El 5 de marzo de 2014, durante el homenaje organizado por la embajada de Venezuela en Madrid, declaraba: “Por mí también pasó Chávez”. Pasó y ha madurado. En su entrevista en el Correo del Orinoco, hizo una delirante justificación de las colas que tenían que hacer los venezolanos en busca de productos básicos de alimentación, higiene y medicamentos. No tuvo empacho para decir que “Venezuela es una revolución en libertad”. Igualita a la robolución que tiene hambreada y sin electricidad a Cuba. No olvidemos que el origen del partido morado y sus satélites está en la desaparecida Fundación CEPS. Venezuela, Ecuador y Bolivia aportaron fondos. Año 2014, los creadores del androfeminismo bolivariano declaraban “El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”. A continuación el ariete totalitario “La palabra democracia mola, por lo tanto, hay que disputársela al enemigo. La palabra dictadura no mola, aunque sea dictadura del proletariado”. Todos lo sabían. Ahora nadie le conoce por el bien del partido.
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