Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Los partidos políticos hablan sobre el gasto público, según tengan o no el poder. Cuando están en la oposición piden control al que está gobernando, cuando son ellos los que mandan en la caja, se olvidan de esa premisa. Lo acabamos de ver en el Psoe de Níjar. Estando en el poder Esperanza Pérez no se preocupó demasiado de lo que ahora exige al Pp, control del gasto público, menos subidas de sueldos a políticos. Mientras esa es la postura del Psoe en la oposición, solo tenemos que ver lo que viene haciendo en el gobierno central, donde el despilfarro, las corruptelas, los sueldos y las subvenciones corren alegremente.
El Pp en el ayuntamiento de la capital, donde la faena está a cargo María Vázquez, tras subir agua, Ibi y basura, al día siguiente nos dice que hay que ajustar el gasto para no subir impuestos. No sé qué se le puede decir a doña María tras la tarde ofrecida a la afición: Se merece usted salir a hombros de la plaza, le ha sido una faena de aliño, o hemos asistido a la peor corrida que ha presenciado esta plaza en décadas.
Que tenga el trazo grueso de, tras subirnos agua, ibi y basura, nos diga que hay que ajustar el gasto en el ayuntamiento para no subir impuestos. Mujer de Dios. ¿Nos está dando a entender la alcaldesa que, tras la subida de las tasas y precios mencionados, hay que ajustar el gasto o que se tendrá que subir aún más los impuestos? Es lo que se presume, o por lo menos así se entiende. Y nos lo dice así, a las bravas, sin anestesia.
Por qué no lo pensó antes de la subida recibida, por qué no ajustó los gastos de la corporación, los sueldos de los políticos, de los asesores, de las subvenciones que tan graciosamente otorga. Si lo hubiera hecho lo mismo no nos tendría que haber metido la mano en el bolsillo y en tres ocasiones. Pero no, primero nos introduce la subida en nuestra cuenta de la Caja, y cuando ya la tiene en la del ayuntamiento, calentita y recién cobrada, nos viene con la historia de que hay que ajustar los gastos para no subir impuestos. ¡C-ñ-, por qué no los ajustó usted antes!
A doña Esperanza Pérez la hemos oído en Níjar exigiendo control del gasto público. A la señora Valverde de la capital no la hemos escuchado hablar del despilfarro con los asesores, de los sueldos de los ediles, del importe que cobra cada grupo no sabemos para qué, de las subvenciones, o de lo que se gasta María y su equipo en cuestiones que no son competencias del ayuntamiento.
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