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Por supuesto que el Gobierno central tiene que intervenir cuando se produzca una catástrofe como consecuencia de un fenómeno atmosférico, pero será a requerimiento de la comunidad autónoma que tenga competencia sobre la materia y responsabilidad para tomar la iniciativa. Se nos olvida que la Constitución del 78 estableció la posibilidad de que provincias limítrofes podían constituirse en comunidades autónomas. Por iniciativa propia, se conformaron 17 comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Una vez constituidas han sido las propias comunidades autónomas quienes han reivindicado el traspaso de poderes y, al día de hoy, se puede decir que han asumido competencias sobre todas las materias establecidas en el artículo 148 de la Constitución que, dicho sea de paso, abarcan la mayoría de los intereses que nos afectan a todos los españoles. Tienen sus propios parlamentos, que se forman mediante elecciones libres con competencia para legislar sobre determinadas materias y para designar a la persona que debe de presidir el gobierno de la comunidad. La persona elegida tiene potestad para formar gobierno con absoluta libertad, distribuyendo el ejercicio del poder sobre las materias que considere oportunas, creando las consejerías correspondientes bajo el mando del consejero designado. Gran parte del poder del Estado ha sido transferido a las comunidades autónomas. La presencia de los organismos pertenecientes al Estado central, que suelen estar en las capitales de provincia, no es comparable a la presencia que ostentan los organismos dependientes de las comunidades autónomas. La mayor parte de la administración pública está bajo su mando, lo que requiere el traspaso de la mayoría de los impuestos recaudados por la hacienda del Estado central. Puede que resulte inverosímil todo lo que acabo de exponer, pero han pasado casi cincuenta años desde que acabó la dictadura y la idea de un superpoder central subyace en el subconsciente cuando se reclama la actuación de un salvapatrias, para hacerle frente a una catástrofe en una comunidad. No me parece lógico que habiendo sido las propias comunidades autónomas las que han reclamado tanto poder, sea el Estado central quien tenga que sacar las castañas del fuego, cuando vienen malos tiempos, invadiendo las competencias autonómicas. De acuerdo con que debe de prestar toda la ayuda que sea necesaria, pero a requerimiento de la comunidad autónoma competente.
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