Yo compro en mi barrio

En momentos como el que estamos pasando, con una situación económica inestable, tanto mensaje negativo con crisis, no solo de medios económicos sino también de valores, me permite esta columna que firmo una reflexión a nivel personal de cada uno, un ejercicio nemotécnico indispensable, y evocar “el barrio”, el “de donde soy”, y rescatar de la memoria las formulas para abatir al morlaco “negro zaino” que nos embiste.

Para ello, invoco al comercio local, el comercio de mi barrio, el de toda la vida. Comercios que siempre han lidiado con adversidades y siempre han estado a nuestro lado. Comercios que gracias a ellos han dado servicio a nuestros vecinos. Ubicados en barrios donde los vecinos tienen nombre y apellidos.

Estos comercios junto con sus vecinos han crecido juntos, y el famoso “whatsapp” es una imitación del boca a boca de toda la vida, ambos gratuitos pero el segundo infinitamente más rápido y divertido. Se está levantando cabeza muy lentamente, poco a poco. Es manifiesto que los autónomos y pequeños comercios de barrio no pasan por su mejor momento es algo obvio y que lo vemos en cada rincón de nuestro barrio, y esta situación es muy preocupante.

En cualquier comercio todo requiere un esfuerzo, nada les es fácil. Nunca te dejarán las llaves de su comercio, porque su puerta nunca estará cerrada cuando se necesite entrar.

“Yo compro en mi barrio”. ¿Por qué? Porque son los primeros que en momentos difíciles como el que pasamos años atrás, han ayudado a los vecinos. Porque sin duda alguna son los más cercanos, los que transmiten un trato más directo y cariñoso. Una frase que en alguna ocasión he repetido “no entiendo de políticos, entiendo de personas”. Personas como las que regentan un comercio de barrio que te miran a los ojos y ya saben qué quieres y cómo lo quieres. Personas como los autónomos que te arreglan un grifo, o el diferencial y te pueden decir, no me lo pague ahora, vuelvo mañana.

Apostar y comprar por los comercios del barrio y por sus autónomos es apostar por ganar. Apostar por crear empleo. Apostar por la eliminación de la economía sumergida. Sin ellos un país no se mueve. Siempre han sido un pilar fundamental para salir de una crisis, pasada, actual o venidera. No nos olvidemos de ellos. Ya va siendo hora de empezar a devolverles todo lo que nos han dado. Por todo ello: “Yo compro en los comercios de mi barrio”. ¿Y usted?