CIS, nuevo cambio de opinión

04 de septiembre 2024 - 03:07

Es imprescindible el retorno a sus países de quienes llegan a España irregularmente. Este retorno traslada un mensaje desincentivador, nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos, pero esencialmente porque la legislación europea y española obligan a ello”.Estas palabras no las ha pronunciado ningún dirigente de Vox, ni del PP, ni ningún periodista de los que desde la izquierda y el gobierno se denominan “pseudo medios” ni nadie a quien el social-comunismo catalogue habitualmente como “fascista”.

Las pronunciaba Pedro I El Falso en Senegal, el jueves, dos días después de que, en Mauritania, hubiera animado a la ciudadanía local a emigrar a España, porque “nos hacen falta 250.000 inmigrantes para trabajar”, lo cual fue calificado por Alberto Núñez Feijoo como una manera de “alentar el efecto llamada”, añadiendo su deseo, compartido por mí y por millones de españoles, de que sólo lleguen a nuestro país quienes tengan permiso y nadie que lo haga saltando ilegalmente nuestra frontera. Sin duda, el que el CIS hubiera dicho que la inmigración se ha convertido en uno de los problemas fundamentales para la mayoría de los españoles, ha tenido mucho que ver en este nuevo ‘cambio de opinión’ del presidente.

Ante estas palabras de Feijoo, cargadas de lógica y sin nada que ver con la raza de cada persona, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, respondía catalogando el discurso del líder del PP como “bajeza moral”.

Tengo claro que hemos llegado adonde hemos llegado porque una parte importante de nuestros compatriotas se han dejado engañar por esta calaña de políticos de izquierdas que sólo busca artimañas para perpetuarse en un poder que no saben ejercer.

Pero lo mejor del caso son las palabras del presidente del gobierno, del jefe de la señora Rodríguez, al día siguiente en Dakar, cuando reconocía que es imprescindible ordenar la inmigración y controlar quién entra en nuestras fronteras, apoyando incluso la idea de las deportaciones que llevan años demandando PP y Vox.

Si la señora Rodríguez tuviera un mínimo de dignidad, en ese momento en que escuchó tales palabras de su jefe, debería haber cogido sus cosas y marcharse del ministerio, pero no lo hará porque no tiene absolutamente ningún otro sitio al que ir a ganarse la vida que no sea en la política.

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