
La Rambla
Julio Gonzálvez
La emancipación hoy día, un lujo
El pasado martes, con los barcos amarrados en los cinco puertos almerienses por culpa de Herminia, esa borrasca que ha dejado agua en muchos puntos de la península, pero que en Almería solo nos ha visitado en forma de viento, con rachas de 150 km., oía a José María Gallart en Canal Sur hablando de las políticas impuestas por Bruselas. Cinco años, contaba, cinco, en los que el sector pesquero español, y entre ellos el almeriense, vienen soportando un trato discriminatorio, abocados a una ruina sin fin. José María se ha hecho hombre entre las redes de los pescadores, no conoce otro, ni quiere otro sector que no sea en el que ha crecido desde pequeño, el que le enseñó su padre, Eduardo Gallart, por lo que sabe de lo que habla. Ha luchado contra gobiernos de izquierdas y de derechas en defensa de su sector y de las familias que lo componen. A veces me pregunto si los ministros y consejeros saben lo que es vivir de la pesquería en Almería. Marionetas que colocan sus jefes para que se mueven según sus intereses, nunca los de los afectados.
Es triste oír narrar a un hombre como José María, la situación que se viene viviendo entre los pescadores almerienses. Y Lo más lamentable, es que el ministro español de la pesca, andaluz para más señas, el señor Planas, nos contara en el mismo informativo, que se está presionando para que se cambien algunos de los parámetros aprobados en Bruselas, y que hay buena sintonía en la comisión para ello, pero que los cambios, si se aprueban tendrán que esperar hasta el mes de diciembre de este 2025 para poder ser aplicados.
La pregunta que se hace el personal es, mientras se implementaban las medidas actuales que están poniendo en peligro el sector pesquero español ¿a qué se dedicaban el señor Planas y demás eurodiputados en esos meses de discusión? Ahora, tarde y conociéndolos mal, ponen cara de dolor e intentan convencernos de lo mucho que les preocupa la pesquería del país, que, según José María Gallart, lleva cinco años viviendo con la soga de Bruselas sobre sus cuellos, apretando el nudo cada temporada un poco más. Se da la circunstancia de que, durante esos mismos años, por si no lo saben ustedes, el señor Planas ha venido siendo el ministro de pesca del gobierno de España. ¿Y qué ha hecho para mitigar el sufrimiento del que nos hablaba el pasado martes en el canalillo el señor Gallart?
Ahora se pone serio el hombre, cara compungida y palabras de esperanza para el próximo mes de diciembre. A buenas horas, mangas verdes. Con cinco años de retraso, qué historias nos viene contar. Solo le falta el parche en el ojo.
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