La certeza y las dudas

Decía el gran Betrand Russell, premio Nobel, filósofo y lógico, entre otras facetas, una verdad muy interesante: “Gran parte de la dificultad por la que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están seguros de todo y los inteligentes llenos de dudas”. Hoy en día esa percepción se nota aún con más intensidad. La comunicación variada, entre cadenas de televisión con cierto tufillo partidista, prensa de todos los colores y crueles redes sociales, forja un paisaje que se ha llenado de gente de imitación y sabidurías de diseño, lo que llamamos populismo. Nos ofrecen mil contertulios “sabios”, listos de ideas tan rotundas como dudosamente sinceras y lanzando sus particulares certezas. Luego las adornan con un corto silencio que determina su “esto es así y punto” y así lo dejan. Hay un dicho que dice: “La duda lleva a la reflexión y ésta, al acierto”. Gracias a esta aseveración, el hombre avanza. Por supuesto, quien me ha leído, puede dudar de su contenido. Faltaría más.