El casco histórico y las estrategias para recuperarlo

Me conformaría con que a lo largo de la legislatura el Paseo sea peatonal y la Alcazaba recupere su esplendor

01 de diciembre 2024 - 07:00

La recuperación del casco histórico de la capital es el objetivo número uno de cuantos alcaldes ha tenido la provincia de Almería desde el advenimiento de la democracia. Es la joya de la corona, empañada por años de escasa gestión, poca creencia en sus posibilidades y, lo que es más importante, el pozo sin fondo en el que todo lo que inviertas siempre se quedará corto. Pero aún así nadie ceja en su empeño de convertirlo en el paraíso de la cultura, en los jardines de Notre Dame, en plazas similares a las ágoras griegas e, incluso, en el maná que alimentará a hordas de turistas, avidos de historia, y llenará las arcas de aquellos que sepan ver y preveer con antelación sus posibilidades.

Y en esas estamos. Nadie hasta ahora ha ido más allá de pequeños detalles, de alguna que otra rehabilitación con polémica y, cierto es, de proyectos que han caminado en la buena dirección como la rehabilitación de La Alcazaba, el barrio de San Cristóbal o la Plaza Vieja. 

El último intento lo presentaba la alcaldesa de la ciudad, María del Mar Vázquez, el jueves. Dieciocho estrategias para recuperar el anhelado barrio, en la búsqueda de poner en valor las calles, plazas y su pasado; escudriñar nuevos espacios públicos más sostenibles y con nuevos zócalos pra la ciudadanía.

Como proyecto, aunque con escasa concrección, no me dirán ustedes que no suena bien. A mi me recuerda la mejor de las áreas de la novena de Beethoven, el Ave María de Bach, cualquiera de las de Vivaldi en las cuatro estaciones o una de las partes de las óperas de Puccini, Mozart o Verdi. Música celestial para los oídos de los que allí viven e, incluso, de ccualquiera de los vecinos de la capital deseosos de sentir orgullo por la ciudad que los ha visto nacer.

A partir de aquí vienen los peros, las dificultades y la cruda realidad que se impone siempre a los deseos más hermosos y voluntariosos de quienes apuestan por proyectos e ideas novedosos, en los que recrear la imaginación, admirar las propuestas y soñar con una ciudad amable y sostenible desde el respeto de su historia.

Bajo estas premisas me temo que hay que poner los pies en el suelo. Me conformaría con que a lo largo de lo que queda de legislatura el Paseo de Almería se convierta en peatonal, la Alcazaba recuperase parte de su esplendor y el cerro de San Cristóbal sea el icono de una ciudad que mira al mar desde un balcón excepcional y único. Pero luego, claro está nos damos de bruces con la realidad más cruda y es el dinero, poderoso caballero, que en casos como el que nos ocupa es la base sobre la que navega todo lo expuesto. Cualquiera de las opciones que se valoren supondrá un desembolso notable, al que sólo se puede hacer frente desde la calma, siendo comedidos y con la mirada fija en lontananza, que no es más que aquel lugar en el que se dibuja el futuro con pequeños pasos, pero firmes.

stats