Reflejos
Francisco Bautista Toledo
Víspera de difuntos
A Vuelapluma
Aunque soy un amante del género epistolar, se da la circunstancia de que jamás le he escrito una carta abierta a ningún político, así que vamos allá. “Estimados políticos”. No me gusta. Suena muy impersonal. Veamos otro comienzo: “Apreciados dirigentes”. No me suena bien. Hay una mezcla extraña de familiaridad y distanciamiento formal. Así que tampoco. “Señores Representantes”. Me puedo meter en un lío por poner solo “Señores”, aunque podría poner “Señoras y Señores”, o “Señores y Señoras”, lo cual es otro problema por nombrar antes un sexo que el opuesto, pero es que hay más, aparte de señoras y señores, ¿cómo se dirige uno a quien representa a alguien sin ser ni un hombre ni una mujer, ni molestar a ninguno de los actuales sexos?
Veamos otro estilo: “Casta Política”. Aparte que me suena a demasiado descamisado, son dos palabras femeninas juntas y nada más.
“Me maliciaba”, que iba a llegar a esta situación. ¡Más liado que un bancal de calabazas!. Así que, una vez más: ¡No hay carta abierta para nadie!.
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