Carboneras, cuatro años perdidos

No logramos entender cuál es el sentido de tanta lucha fraticida en Carboneras por ostentar el poder. Dos alcaldes en un año, el nuevo pacto roto y un pueblo ingobernable y con multitud de problemas por resolver. Nadie de los que están parece decidido a, de verdad, tomar las riendas de tanto desaguisado, tanta irresponsabilidad y falta de criterio. Sólo se piensa en el yo y nunca en el colectivo vecinal que es el pueblo. La división sigue y si nadie lo remedia,-no parece probable-, se pasará la legislatura sin proyectos, sin ideas, sin propuestas... Y lo peor es que la división en el pueblo crece.