Carbón, María, carbón

Los chicos del colectivo ecologista Mediterráneo han dado a conocer sus premios Duna, así como el carbón de este año. Estoy convencido de que los premiso Duna merecidísimos por parte de los que los han recibido. ¿Y el carbón? Creo, con algún matiz, que también. Aun no estando de acuerdo con todos los argumentos expuestos, creo que el carbón que recibe la alcaldesa tiene algunas premisas, como fue el magno concierto en el Toyo, la suspensión de una norma, comentada aquí en su día, y cierta forma y manera de tratar a los vecinos, que, aunque no tenga nada que ver con el medio ambiente, no estuvo en consonancia de lo que tiene que ser el trato entre al vecino y la alcaldesa, hoy carbonera.

La muerte de las gacelas me parece un poco obsceno ponerlo como argumento para la entrega del carbón a María del Mar. Un concierto de flamenco no lleva aparejado un desaforado volumen, eso lo saben los ecologistas y todos los que hayan estado en un recital de estas características. Y el fallecimiento de las cinco gacelas aún no se ha determinado si fueron por el sonido de las guitarras, la voz de la cantaora, el taconeo de la bailaora, o hubo otro elemento en medio que jugó su papel: guitarrazo al canto. Hasta ahora ha sido opiniones no oficiales las que se han referido a estas muertes, por lo que achacarle el premio de carbón a la alcaldesa por esta historia, repito, no deja de ser algo espurio.

Alguien podría pensar que me estoy buscando el carbón del próximo año, o la amistad de la alcaldesa. Dos cosas difíciles de lograr. No creo que estas palabras puedan incidir en el medio ambiente, ni en el cambio de la política que nuestros regidores llevan en el ayuntamiento. Son demasiados suyos. Y en cuanto a lo segundo, los que nos dedicamos a la criticar al poder no es fácil llegar a amores mutuos.

Entiendo que a María le ha preocupado que le hayan dado el carbón de este año los chicos del Mediterráneo. Los políticos tienen normalmente la piel muy fina, y todo les enfada, les encocora y de los nervios se ponen. Pero no lo demostrará, dirá lo espectacular que está dejando la ciudad, y que se nos va a caer la baba cuando veamos el paseo de María terminado. Y que acepta de buen agrado el premio concedido. De lo que no estoy tan seguro es de que, con el tiempo, cuando le venga a mano, cuando el Mediterráneo ecologista pase a su lado, de cara, no les recuerde el carbón concedido este año de alguna manera. Los políticos tienen muchas formas de hacerlo, ya lo verán.

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