
Reflejos
Francisco Bautista Toledo
¿Distopía a realidad?
El SITIO DE MI RECREO
FORMA parte del barrio de las Cruces, una zona en la que ya en 1631 había viviendas aunque el barrio completo aparece en el plano de 1850 de Francisco Coello de Portugal y Quesada, militar, ingeniero, geógrafo y cartógrafo español nacido en Jaén en 1822.
La calle comienza en la Puerta de Purchena y termina en la el cruce de la Rambla con Carretera de Granada. Esto en lo que a numeración se refiere, ya que el sentido de circulación de vehículos es el contrario.
Esta calle ha tenido varios nombres; Camino y calle Real de Granada, camino y Calle Real de Belén y en 1940 se llamó calle General Saliquet.
El antiguo camino de Granada se amplió remetiendo el muro de la fachada de las casas más viejas y respetando las más nuevas. Si recorremos la calle desde su comienzo por la rambla nos encontramos los siguientes comercios, bares y negocios (unos siguen y otros han desaparecido).
En la acera derecha: el Bar la Gloria, que junto al desparecido bar Los claveles, era de los que mejor hacían la jibia a la plancha. Como anécdota en enero de 2015 un coche se empotró con la acera a la puerta del bar.
Más abajo, en la misma acera había una peluquería de señoras conocida como la peluquería "de Encarnita".
Otro comercio que aún perdura es "Recambios Carvajal" conocido como "el oso", ya que hace años era concesionario oficial de la marca de motos OSSA. En esta tienda en sus inicios se vendía todo tipo de recambios. Éramos muchos los niños que acudíamos aquí para comprar unas bombillas, un trozo de cable, una pila de petaca, o unos tornillos para hacer algún artilugio de nuestra invención.
Enfrente de Recambios Carvajal la acera se ensancha y en ese espacio los niños jugábamos al puño-vaina, a la una mi mula o al un, dos, tres, chocolate inglés. En la esquina de este anchurón estaba la academia Villaespesa, que abría en verano para los que habían suspendido y tenían que recuperar en septiembre.Seguimos el recorrido y llegamos al cruce de la Avenida Vilches, llamada así en honor a Don Felipe de Vilches y Gómez, presidente de la sociedad que construyó la Plaza de Toros. Esta avenida parte de la Plaza de Toros y llega hasta la calle de Granada. Aquí estaban las Casas de los Maestros, ya derribadas. La avenida de Vilches estaba llena de árboles frondosos y hace unos años la desplumaron para construir un parking debajo, que da más dinero pero menos sombra.
Volvemos a la calle Granada. En la esquina con la calle Huérfanas la tienda de motos "Salvauto", ya cerrada y un poco más abajo "Maderas Crisang". Siguiendo por la acera derecha, la tienda de bicicletas Ciclos López Mateos, también cerrada actualmente. Su escaparate casi siempre estaba lleno de niños que pegábamos la nariz al cristal para ver el interior lleno de bicicletas de sillín largo, banderines para las ruedas, dinamos con faro y puños de colores, soñando con aquella Bicicross BH, una Orbea de ruedas gordas o una Torrot de color verde.
Un poco más abajo en la misma acera mi abuelo tuvo una tienda de recambios "Recambios Artero", y enfrente haciendo esquina, Radiadores Marín.
Al lado de la tienda de mi abuelo en la primera planta de un edificio estaba la "Academia Latina". Un colegio particular para niños de preescolar dirigido por Don Antonio y su esposa Doña Pacita.
Más abajo en la acera izquierda, el Bar la Oficina, actualmente cerrado y abandonado. Se entraba por la calle de Granada y tenía una puerta trasera que daba a la calle Relámpago. Desde esta calle se puede ver la única Torre de Perdigones que queda en Almería, ahogada y abandonada entre edificios y usada como soporte de antenas. Otro resto patrimonial que debería ser puesto en valor.
Seguimos el recorrido por la acera izquierda de la calle de Granada y encontramos, ya cerrada, la distribuidora de máquinas de coser ALFA, posteriormente también fue tienda de bicicletas.
Ahora está como almacén aunque en su interior quedan los hierros y ganchos del techo en el que se colgaban las bicicletas, y unos carteles de la marca ALFA. Hace unos días estaba abierta y no perdí la oportunidad de entrar y conversar con su propietario y con Ángel Nike, un señor que me contó su hazaña con un SEAT 600 que está recogida en el Guiness y narrada en el libro de Tico Medina "Almería al Sol"
Enfrente la pastelería "Palermo" en la que elaboraban unos exquisitos Pan Griegos.
Más abajo el Bar y hostal Sevilla, y enfrente el Bar Bonillo, famoso por sus patatas a la brava.
En la acera de la derecha más abajo estuvo la mítica tienda Ferretería La llave, que tenía dos locales, uno desde la calle Granada hasta la calle Marcos, y otro al cruzar, en la Calle Marcos. En el primero vendía menaje y ferretería y en el segundo electrónica, discos, etc. Aún conservo muchos discos de vinilo con la etiqueta de "la llave" y con unos precios de 175 Pts.
Un poco más abajo en la esquina con la calle triunfo había una tienda de fotografía, ya cerrada.
En esta calle se conservan aún muchas casas típicas almerienses, con sus balcones, sus visillos, sus adornos. Algunas bien conservadas o restauradas dignas de admiración, y otras tristemente deterioradas y abandonadas.
Desde la calle de Granada hacia la calle Murcia, podemos recorrer la calle Silencio, Huérfanas, Calandria, Serafín, Hileras, y otras. Desde la calle de Granada a la calle de las Cruces, accedemos a la calle La Palma, Judía, Marcos, Ayala, Plaza Orbaneja, etc.
Pasear por la calle de Granada y adentrarse en las calles que entran y salen de ella sorprende, ya que ofrece rincones en los que podemos disfrutar de una Almería que apenas ha cambiado desde hace años, con casas de puerta y ventana. Calles silenciosas y tranquilas de silla en la puerta.
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