El Medio y el Ambiente
Ignacio Flores
¡Alberto, Alberto, Alberto, Alberto es...!
El balcón
Durante todo el año 2011 se celebró en Málaga un homenaje al pintor Eugenio Chicano por su 75 aniversario. Su amigo Manuel Alcántara le comentó que para que esas cosas tengan éxito hace falta “un buen acomodador”. El Festival de Música de Segura de la Sierra, que cumple 10 años, tiene un buen acomodador al modo de Alcántara: la idea es de Daniel Broncano, hermano músico del presentador de La Revuelta, y de su mujer la mezzosoprano neozelandesa Felicity Smith, fallecida antes de la primera edición.
Diez años después, Música en Segura es un milagro consolidado: 19 conciertos, miles de participantes, funciones en castillos, olivares, almazaras, calles, iglesias, baños árabes, bosques quemados rebrotando, bailes al aire libre, talleres, actividades para escolares o personas mayores. Visitantes de todo el mundo. Un turismo razonable que preserva el patrimonio natural y llena esta hermosa parte de la Andalucía vaciada. Un regalo cultural, por su excelencia musical.
Este festival ha tenido desde el principio de acomodador a David, el cómico. No en el sentido figurado de Alcántara, sino literalmente: movía sillas y acomodaba a los espectadores, vendía entradas, llevaba cajas de agua. Incluso algún año ha hecho un monólogo, para acompañar a Verdi y Schubert. Su hermano le preparó un guion de base que incluía chistes. El sentido del humor es de familia. También ese estilo alborotado y travieso, que ha hecho viejo de golpe al hormiguero de Pablo Motos. Si el programa de David Broncano ha revuelto la audiencia de televisión en España, el festival de Daniel Broncano altera el modelo de gestión cultural. Es turismo de calidad.
La de los Broncano es una saga andaluza. Padres originarios de Madrid; la madre, Isabel Aguilera, profesora de matemáticas, y el padre, Javier Broncano, ecologista. Sus hijos nacieron en Santiago de Compostela, pero se trasladaron a Orcera, en Jaén, debajo de Segura de la Sierra, donde David y Daniel se han criado. Toda la familia está implicada en el festival; el padre es coordinador local. Daniel define el contenido de delicatessen musicales: sobre todo clásica, pero también flamenco, jazz, música moderna o contemporánea. A finales de mayo se celebró este año la edición de primavera. La de otoño será del 8 al 10 de noviembre.
Una experiencia vital en la montaña, una aldea al amanecer, con músicos venidos de todos sitios, y públicos de muy cerca y de muy lejos. Un milagro que ha hecho posible Daniel Broncano, un buen acomodador.
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