Luces y Razones
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Amedida del mundo, Asunción Lozano, una exposición que está comisariada por el artista plástico Fernando Barrionuevo, bajo la dirección técnica de Rosa Muñoz Bustamante, explora la necesidad del ser humano de repensar el modo en que nuestros cuerpos interceden con el ecosistema que nos rodea. En esta nueva exposición de la artista plástica granadina, el espacio expositivo MECA Mediterráneo Centro Artístico estará intervenido con una muestra concebida a través de fotografías, pinturas y objetos de medición, dispuestos como fragmentos que establecen un diálogo entre cada una de las piezas expuestas como parte de un todo que constituye la realidad más inmediata del ser.Las fotografías expuestas, impresas a tamaño natural, funcionancomo un parlamento de objetos en el que se ponen en contacto materiales, espacios y cuerpos, tratando de dimensionar de forma cuantitativa la superficie incólume que queda entre ellos. Las fotografías describen su identidad propia acompañando piezas escultóricas construidas con fragmentos de las clásicas reglas de madera extensibles usadas por los antiguos carpinteros. Las formas que se generan describen el espacio relacional a través de valores, objetivos, equiparables en arbitrariedad respecto al usado por un sistema de medición reglado según las normas internacionales vigentes Una muestra que, preservando la geometría sagrada de los objetos, nos advierte que los sistemas que establecen las diferentes sociedades crean un discurso que es necesario reconstruir, porque a las realidades le han aplicado un sistema de medida arbitrario, que no permite observar ni discernir la verdadera esencia de las cosas. El ser humano cree que tiene la potestad de organizar con precisión la dimensión física de las cosas, de sus aspectos tangibles y materiales como el tamaño, peso, longitud, estructura y volumen, como de su alma o de su esencia. Podemos medir el mundo de forma técnica, teniendo en cuenta factores geográficos, distancias, dimensiones o fenómenos físicos. Incluso comparar los objetos entre sí, calibrar la proporción, la simetría o el volumen. Y nos aferramos a las verdades de la razón. Sin embargo, el ser humano también se rige por las verdades del corazón. Aquellas que no son tangibles ante los ojos de la evidencia, pero que sin embargo existen. Esta reflexión nos hace ser conscientes que la humanidad siempre ha pensado e interrogado las razones por las que los seres humanos necesitamos estructurar, ordenar y clasificar nuestro mundo circundante, dejando a un lado a la esencialidad de la materia, al origen vertebral de los objetos que en silencio da sentido a las cosas y Asunción Lozano nos invita a descubrir la verdadera medida del mundo.
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