El Medio y el Ambiente
Ignacio Flores
Sin química es imposible el progreso
He tenido la alegría de volver, una vez más a mi tierra, Almería, y concretamente a mi lugar de nacimiento, Roquetas de Mar.
Esta es la Roquetas, que mis padres tuvieron que abandonar, desgarradoramente, allá por el año 1947, hacia Barcelona. Las razones que le impulsaron a tomar esa decisión tenía que ver con la simple supervivencia en aquellos dificilísimos tiempos. No obstante, siempre hemos crecido con el amor a nuestra tierra. Eran frecuentes, especialmente en periodo de vacaciones estivales, los viajes a Roquetas. Recuerdo, y relato como anécdota, aquellos viajes en el barco “María Ramos” con una duración del viaje de 5 días desde la Ciudad Condal, con escala en todos los puertos importantes del recorrido.
Ya en tiempos posteriores, los viajes en tren saturados de viajeros, invirtiendo más de 18 horas en el recorrido Barcelona-Almería. Otra forma de llegar hasta Almería, era tren hasta Valencia y combinación con el autobús de la Unión de Benisa…Muchísimo tiempo invertido en los viajes, pero lo hacías muy contento porque volvías a tus orígenes.
En 1979, junto a mi mujer y dos hijos, decidimos volver a vivir y trabajar en Roquetas. Compramos un piso maravilloso, y volví, a trabajar, pero ahora donde queríamos vivir. Como todo en la vida, la alegría dura lo que debe durar, y en 1990, mi empresa me trasladó a Madrid, que es donde resido actualmente. Por tanto, mis viajes a Roquetas siguen igual que cuando los hacia con mis padres en los años de infancia y juventud. He sido testigo como mi pueblo se ha desarrollado de forma espectacular, pasando de los 3.500 habitantes de mis años de infancia a los 110.000 habitantes, según datos del Censo. Nos visitan, cientos de miles de personas anualmente en busca de la tranquilidad y playas, incluso otro dato que da idea de su importancia turística, es que en 2023 pernoctaron 507.000 personas, aprox. Pero la realidad, desgraciadamente, es otra, y aquí es donde quiero dedicar un comentario que me parece necesario y honesto, hacerlo. La gestión del equipo de Gobierno Municipal deficiente o muy deficiente, en las materias que posteriormente detallo.
Como roquetero, que me considero, puedo y debo afirmar que la imagen del Municipio no me gusta nada. La limpieza viaria, sigue siendo la gran asignatura pendiente. En general, las calles de Roquetas, presentan una suciedad impropia de un destino turístico, por no hablar de la presencia de roedores y otras alimañas, derivada de esa situación.
La gestión del arbolado, salvo en zonas de Aguadulce, debería ser una prioridad por las características climáticas, es manifiestamente mejorable. En general, las calles de Roquetas, presentan una carencia de arbolado que atenúen los rigores veraniegos y contribuyan a minimizar el impacto contaminante ambiental.
Un Centro Urbano, que en según qué horas, es inhóspito para un viandante. Recuerdo en los años 80, una gran cantidad de niños y niñas jugando en la Plaza, acompañados de sus respectivas mamás y/o papás.
Otro asunto, es el poco decoro que se observa en algunas fachadas, concretamente en sus balcones, donde se exhiben elementos impropios de una buena imagen de la localidad, como neumáticos, mantas, bicicletas, ropa tendida, etc.
Considero, que es imprescindible, priorizar en una política de recuperación de nuestro Centro Urbano. En mi opinión, al Centro de Roquetas le falta alma que siempre tuvo.
El servicio público de transporte entre los distintos barrios que componen la localidad, es insuficiente, por no decir caótico. Solo es cuestión de oír a los usuarios de eso servicios, pero al parecer esa materia no, está en la Agenda del Equipo de Gobierno.
Punto y aparte merece la situación de las 200 Viviendas, un barrio donde vivieron y se desarrollaron familias de profunda raigambre roquetera. Hoy es un gueto con carencia de un plan Urbanístico, con servicios deficientes, con otros problemas que conocemos derivados de la irracional política de Gobierno Municipal. Me gustaría conocer, si el Alcalde, Sr. G. Amat, visita esa zonas, y si lo hace que observa y que conclusiones saca. En definitiva, ¿para cuándo un Plan de Recuperación para las 200 Viviendas, un barrio que antaño era de tradición roquetera?
En materia turística los visitantes, encontrará magnificas playas, pero llegado el momento de conocer la historia de nuestro pueblo, o de disfrutar de ocio no playero, se encuentra que salvo el Castillo, no pueden conocer nuestros orígenes y la idiosincrasia de los roqueteros, porque desde la Concejalía de Cultura no se ha procurado ni fomentado la puesta a disposición del público, nativo o foráneo, del ingente material que nuestro ilustre historiador local, Gabriel Cara, recopiló en su fructífera vida. Eso sí, un bodrio en la Plaza de la Constitución, en lo que era antiguamente, la casa de Anita Guerrero.
He expuesto una rápida visión personal que fácilmente se puede constatar paseando y sin necesidad de indagar en rincones más o menos recónditos, es a simple vista. Quiero para mi pueblo una imagen de pueblo puntero en el concierto almeriense, autonómico y nacional. He oído en varias ocasiones al Sr. Amat, hablar de lo “importante y de la importancia de Roquetas”, pero permítame recordarle que la importante no viene sola, viene con una gestión adecuada a los tiempos y a su evolución.
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