Aniversario y homenaje

A88 años de La Desbandá, quiero homenajear aquí a todos los que sufrieron aquella tragedia de nuestra Guerra Civil, sobre todo las madres que huyeron de Málaga tirando de sus hijos y unos pocos enseres en el intento de que la garra del fascismo no los alcanzara. La Desbandá, ahora se sabe, es la mayor tragedia colectiva de aquel conflicto, mucho más que el bombardeo de Guernica. Es solo que no tuvo un Picasso que la plasmara en lienzo para la posteridad. Hay, en cambio, algunas fotografías hechas por el equipo médico del doctor canadiense Norman Bethune. Impactados por las escenas que se sucedían entre los huidos, este médico primero especializado en hacer transfusiones de sangre en el frente, para lo que adaptó su furgoneta-ambulancia, vació esta de enseres y aparatos y se dedicó a dar viajes a Adra para traer a Almería a mujeres, niños y viejos traumatizados por los bombardeos a que los sometió el Canarias en su camino de dolor y muerte. Muchos habían quedado en aquella carretera. Otros, se echaron a la sierra. Los más llegaron a Almería deshechos, agotados y hambrientos, guareciéndose como pudieron en la Plaza de Toros, en los cables francés e inglés, en las cuevas del Cementerio y La Chanca y hasta en los portales del Paseo. Más de 50000, según autores, casi el doble de la población de la ciudad en la época.

El otro aniversario que me gustaría señalar en este artículo es el del Quijote, a 420 años de su publicación. Lo leí con once años. Era una edición de Sopena de 1954 que compró mi padre en la Cuesta Moyano de Madrid. Aún lo conservo. Esa vez no se me ocurrió llevar el libro al instituto, como aquel otro que llevé a la escuela de Dª Josefina, El libro de España, que me lo quitó porque me distraía con él en clase y ya no me lo devolvió nunca. Qué trauma, con lo que me gustaba ese libro. Era mi preferido de entre la pequeña biblioteca que teníamos en mi casa del Barrio Alto, libros nuestros, escolares, y algunos de mi padre que, sin ser lector, pues no era paciente, sí era aficionado a los libros porque sentía en ellos el latido de la sabiduría, de la cultura, de aquella carrera de abogado que a él le hubiera gustado tener. Pues el Quijote me fascinó. Luego supe su importancia en la historia de la Literatura mundial. Aniversario y homenaje que hoy me han estremecido el corazón. Porque la Vida quizá solo sea una sucesión de aniversarios y homenajes.

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