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Por mucho que el presidente del Gobierno andaluz se esfuerce en hacernos ver lo contrario, la verdad sólo tiene un camino: Andalucía no funciona. Y no lo hace, entre otras muchas cosas, porque el interés público salió por la ventana el mismo día que Moreno Bonilla ocupó su despacho en el Palacio de San Telmo, al que llegó del brazo ultra de Vox. Desde aquel enero de 2019, el PP ha sido una losa para nuestra tierra. Ni Andalucía ni Almería levantan cabeza en ninguna de las cuestiones en las que el Gobierno andaluz tiene plenas competencias, a pesar de los miles de millones de euros en transferencias que ha recibido la Junta de la mano de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Hoy la sanidad vive su peor momento. Y esto no es una opinión, es un hecho que refrendan los propios datos que hace públicos el Servicio Andaluz de Salud. 105.000 almerienses sufren unas listas de espera inadmisibles, a la misma vez que los tribunales investigan el desvío de 1.500 millones de euros a la sanidad privada. La situación en otros ámbitos es igual de mala. Hoy contamos en Almería con más aulas prefabricadas que nunca y a las personas dependientes se les hace esperar hasta 600 días para ser atendidas. Esto es sencillamente indigno e inhumano. Ante un problema tan grave como el de la vivienda, el presidente de la Junta se ha desentendido por completo. De hecho, su rechazo al plan propuesto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, supone prescindir de 500 millones de euros para la promoción de viviendas, de los que más de 50 millones se podrían haber destinado a los distintos municipios de nuestra provincia. Tampoco ha aceptado Moreno Bonilla una quita de 19.000 millones de euros de la deuda que tiene Andalucía con el Estado, pero sí se ha permitido el lujo de hacer regalos fiscales a las grandes fortunas. En Almería, además, todo esto se ha agravado debido a los flagrantes incumplimientos del Partido Popular con las obras del Puerto Seco de Níjar o de la autovía del Almanzora hasta Baza. También con la ausencia de un apoyo real a la agricultura o la piedra natural. Eso sí, gracias a una colaboradora necesaria como la alcaldesa de Almería, el PP prepara el desembarco de una universidad privada mientras asfixia financieramente a la UAL. Ni una puntada sin hilo.
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