Amigos inútiles

31 de enero 2025 - 03:07

Debe ser harto difícil dedicarse, entre otras cosas, a ayudar a la gente en tan ardua tarea como la de encontrar el sentido de la vida y las claves de la felicidad. Un catedrático de Harvard, Arthur Brooks, así lo procura, además de tener éxito escribiéndolo. Como estamos en momentos de controversia sobre las redes sociales, principalmente debida al posicionamiento político de sus creadores o empresarios, viene al caso una aportación de ese autor por la que la infelicidad deriva, sobre todo, del aislamiento y este es un efecto de las redes sociales en las relaciones humanas. En términos algo más científicos, se tiene en cuenta una hormona ya casi familiar por repetida, dados sus numerosos y deseables influjos: la oxitocina. Sus secreciones, según se afirma, favorecen el amor, y la hormona es especialmente activa en el contacto y la comunicación directa entre las personas. De manera que, con ese mismo respaldo científico, estar acaparados por las redes sociales, y reducir no poco los contactos directos, impide la producción de oxitocina, lleva a la infelicidad y, acaso asimismo, al desamor, en cualesquiera de sus formas, pues tanto puede romperse el amor que se tenga como no disponer de las condiciones idóneas para encontrarlo. Algunas evidencias parecen claras por obvias: los abrazos virtuales, o mediante memes, y las miradas a través de pantallas y monitores en modo alguno sustituyen a los reales y próximos, por lo que no hay modo de liberar oxitocina si no se acerca el cuerpo a quien está cerca o no se miran sus ojos con insinuación o arrobo. Además, buscar la aceptación del “me gusta” y seguidores se convierte en causa de estrés y ansiedad, cuando más aconsejables son los modos de alternar para hacer vida social o tener trato con los otros. Como tampoco dar calabazas, o recibirlas, puede asimilarse a la falta del “me gusta” que se da a lo “subido” a las redes y no a quien lo hace. Sin embargo, el catedrático de Harvard aporta una razón de la felicidad bastante menos previsible: la de contar con amigos inútiles. Cuestión que requiere explicación, pues no se trata de dar con la felicidad buscando tales amigos inútiles, que para nada sirvan, sino de tener amistades con las que no busquemos o saquemos provecho material alguno. Los efectos de la oxitocina están bien comprobados, en materia de felicidad y acaso de amores, pero estos otros de tan particular inutilidad no resultan tan evidentes y valga recordar, tópico aparte, que quien tiene un amigo tiene un tesoro

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