Almería, las obras y las palabras de los ministros

Carta del Director/Luz de Cobre

A estas alturas 2026 parece una quimera para que las obras del AVE estén terminadas, pese al notable avance de las obras

30 de junio 2024 - 07:00

Tuvo a bien el ministro de Transportes del Gobierno de Pedro Sánchez pasarse por Almería durante la campaña electoral de las elecciones europeas. Los acólitos de Almería le habían preparado un traje a medida para lucirse. Iba a visitar las obras de uno de los túneles del AVE a su paso por Viator. Un “caramelito” en los tiempos que corren, con las preguntas justas para evitar calentamientos de boca inoportunos y, sobre todo -pensaban- para asegurarse la apertura de los noticiarios varios, webs y periódicos. La imagen hasta lo merecía. Nadie pone en duda que las obras del AVE, que un día nos van a unir con Murcia van razonablemente bien, aunque tampoco sea para tirar cohetes. En la previa los voceros de rigor ya se habían encargado de vender los oportunos millones de euros, que siempre visten, como alfombra toja de la llegada de Puente al túnel. Henchidos y satisfechos todos, el ministro se atrevió a prometer, una vez más, 2026 como fecha para que el AVE circule por los raíles que llevarán a los viajeros a Madrid, vía Murcia. Hasta aquí nada que objetar.

Hay un problema, sin embargo. Y es que a estas alturas de la película, cuando se cruza el ecuador de los trabajos, las fechas son puñeteras. La hemeroteca lo puede desmentir a las primeras de cambio. Pero al señor Puente tampoco le importará mucho, pues es posible que siga como ministro y deba rectificar -no tendrá empacho- o simplemente no estará al frente del Ministerio y le importará mucho menos o nada.

Y es que llevamos tantos años sujetos y confiados en las promesas de los ministros de Transportes, Obras Públicas, Fomento -cada Gobierno le cambia el nombre- que ya no me creo ninguna. Lo digo con conocimiento de causa, desde que Javier Saenz de Cosculluela fue capaz de dejarnos si la autovía del Mediterráneo y la hizo pasar por los Vélez pensando en Sevilla y nunca en Almería. Entonces, en una negociación dura como pocas, el secretario general de los socialistas y diputado en el Congreso, José Antonio Amate, logró cambiar el ritmo de los acontecimientos. Pero ya hubo retrasos.

No les cuento las andanzas de Francisco Álvarez Cascos con la terminación de la A7 y su llegada a Málaga. Se permitía, incluso, desmentidos a sus propias promesas sin empacho alguno. Fue de traca Rodrigo Rato -miren como le ha ido- cuando llegó a la Diputación afirmando, sin pudor, que Almería tendría AVE para el 2005. Han pasado casi 20 años. Para olvidar el trabajo de Magdalena -Maleni para los amigos- Álvarez y como priorizó el AVE a Málaga, su tierra, y Almería quedó una vez más en el olvido. Ana Pastor ejecutó a rajatabla lo que Rajoy le ordenó: tapiar los túneles. E Íñigo de la Serna cumplió a su manera, sabiendo que era quien repartía cartas en el juego. Lo de José Luis Ávalos no tiene nombre y me olvido del resto porque nunca tuvieron intención de apostar por Almería. Ahora, el señor Puente visita un túnel y vuelve a prometer. Yo quiero creerlo, pero lo pongo en cuarentena.

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