Francisco García Marcos

Allez, Kyllian

Comunicación (Im)pertinente

22 de junio 2024 - 10:58

Compareció en sala de prensa, más que revestido con la autoridad del capitán de la selección francesa, recubierto con el aura del mito de todo un país. Mbappé fue tan vectorial y efectivo como cuando atraviesa el terreno de juego hacia la portería rival. Su país, la Francia emblema y faro de las libertades democráticas, está severamente amenazada por los extremos políticos. Tampoco hacía falta ser más explícitos. En la mente de todos está la imagen de los acólitos de Le Penn sobrevolando las instituciones más venerables de la República. Ante esa amenaza más que plausible, Mbappé llamó a la movilización masiva, con especial énfasis en los jóvenes, para derrocarlos, todos juntos, en los próximos comicios. Aunque a primera vista pueda no parecerlo, Mbappé ha sido incluso comedido. En su día el gran Zidane tuvo una intervención en gran medida análoga, aunque con acusaciones mucho más directas y explícitas hacia la extrema derecha francesa. Sin embargo las palabras de Mbappé no fueron del todo bien acogidas en su gremio. Abrió el fuego Unai Simón, portero de La Roja, reivindicando la inocuidad política de los deportistas. No es su terreno, argumentaba, por lo que el deporte ha de refugiarse en una paradisíaca neutralidad. No deja de ser un argumento peculiar, que va en contra del fundamento de la propia democracia, justo implicada en la participación de toda la ciudadanía en la gestión de la vida social. Los políticos son los representantes de la soberanía que solo reside en el pueblo. En todo caso, justo es reconocer que Simón tuvo el apoyo de otros deportistas, tertulianos y analistas varios, políticos aludidos, directivos… Algunas de esas posturas son cuando menos curiosas. El propio Simón está a sueldo del Athletic de Bilbao, referente deportivo del nacionalismo vasco, como también lo es el Barça del catalán. Los hinchas de ambos tienen por costumbre silbar al rey, no por fe republicana, sino por un manifiesto anti-españolismo. Simón, además, participa en una Eurocopa, que en su fase previa excluyó a Rusia (por la guerra de Ucrania), pero en la que se mantuvo Israel (a pesar del genocidio de Gaza). Tradicionalmente, el deporte ha sido cualquier cosa excepto indemne a loa vaivenes políticos. En plena Guerra Fría, los norteamericanos renunciaron a Moscú’80 y, como réplica, los soviéticos hicieron lo propio con Los Ángeles’84. La historia ha conocido grandes figuras (dentro del deporte) y grandes mitos (a partir del deporte). Los primeros han impresionado por sus habilidades físicas.

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