Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
crítica de cine
Estados Unidos, 2012. Ciencia ficción. Director: Andrew Stanton. Director de fotografía: Dan Mindel. Duración: 132 minutos. Actores: Taylor Kitsch, Linn Collins.
Cuando Edgard Rice Burroughs escribió hace cien años Una princesa de marte no tuvo el éxito de su otra creación, Tarzán, pero sembró las semillas de la ciencia-ficción moderna. Un militar transportado a otro planeta que se enamora de una princesa suena sospechosamente como "Avatar", pero la verdad es que Burroughs inventó esa historia, así como las culturas alienígenas y aparatos fantásticos tan copiados desde entonces.
La naturaleza episódica de las historias ha sido necesariamente modificada para elaborar un guión que inteligentemente recoge y ajusta las mejores partes de las novelas, aunque se ha optado por desvelar la sorpresa de la cultura marciana con un prólogo.
El John Carter del título por desgracia es el personaje menos interesante, quizás porque al actor que lo interpreta le falta carisma. Por suerte, la princesa no es la típica damisela en apuros y aporta interés a la narración, no sólo belleza. Los villanos se manipulan unos a otros, y los seres verdes de tres metros tienen una cultura que casi se puede respirar, cortesía de unos efectos especiales de primer nivel. Willem Dafoe, por ejemplo, interpreta brillantemente a Tas Tarkas, un marciano con cuatro brazos pero dotado de humanidad. Al contar una historia de aventuras, sin segundas intenciones (aparte de una leve defensa del medio ambiente), John Carter se define como una película puramente escapista, de diversión, y consigue su objetivo si el espectador deja de lado el cinismo moderno y se deja llevar al planeta Barsoom.
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