La Tapia con sifón
Antonio Zapata
Pimentón en Nochevieja
No recuerdo el número de presidentes que han pasado por la hoy llamada autoridad portuaria, desde que Pedro Lozano se hizo cargo de una presidencia que entonces no tenía sueldo, como ocurría en los demás puertos del estado, y al que tuvo dar solución urgente el gobierno de Felipe González. No era cuestión de dejar a los militantes socialistas nombrados a dos velas, era un gran prestigio ser presidente del puerto, considerado cargo de responsabilidad para los grandes hombres y nombres de la sociedad, pero sin sueldo dejaba de ser atractivo para los militantes socialistas en aquel momento.
A todos los nombrados desde entonces, y con un buen sueldo detrás, tanto de la derecha como de la izquierda, le hemos oído hablar del trabajo realizado, o por realizar, por el bien del recinto portuario, de lo importante que era unirlo a la ciudad y de los beneficios económicos a repercutir en los ciudadanos. Han pasado años, y aún seguimos esperando. Reconocemos que somos pacientes, que Job a nuestro lado no se habría ganado estar en los escritos de nuestros antepasados.
Desde el 1982 del siglo pasado, en que ganaron los socialistas, ha llovido lo suyo, y seguimos oyendo las mismas promesas desde la presidencia. La última en acceder al cargo es Rosario Soto, del Pp. “Abriremos el puerto a la ciudad”. ¿Cuántas veces hemos oído algo parecido? A ver si es verdad de un vez, llevan prometiendo lo mismo casi cuarenta años. Apuntarse el éxito de la Operación Estrecho no parece de recibo. No es algo que dependa de la autoridad, son barcos que hacen su negocio, y marroquíes que vienen desde la Europa del norte camino de su tierra donde pasar unos días de vacaciones.
“Crearemos riqueza y puestos de trabajo”. Qué bien le quedó a doña Rosario la frase: Crearemos riqueza y puestos de trabajo. Pero se le olvida contarnos cómo se hace eso desde la administración. No tenemos muy claro que los gobiernos sean capaces de crear riqueza o puestos de trabajo. Lo segundo es posible: ¡funcionarios a go-go! Y normalmente donde menos falta hacen. En cuanto a la riqueza, doña Rosario Soto, ¿cómo y con qué piensa usted crearla? Los papeles lo soportan todo, los informes son magníficos, hay grandes especialistas en copiar proyectos de otros puertos y venderlos como únicos.
Seguro que nos habla del mármol, de la minería, de los áridos y hasta de la agricultura, con el deseo mil veces repetido, y no logrado hasta hoy de que tomates y pimientos surquen los mares desde Almería, ya veremos si ese mañana se hace realidad en ese necesitado puerto de carga y descarga que anhela la señora Soto. ¿Cuántos estibadores están previstos contratar en ese informe?
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